Desde el rechazo de la Corte Suprema de Estados Unidos a mediados de junio, el tema holdouts recientemente se ha convertido en una especie de novela mexicana en donde una cosa parecería ser lo que se escucha y otra seguramente es lo que verdaderamente se está definiendo en confidencialidad. Y con el sorpresivo rally de los ADRs argentinos del viernes pasado me pregunto: ¿habrá alguien que ya está sabiendo algo más de esta novela?
La buena noticia de todo esto es que la incertidumbre tiene fecha de vencimiento: fin de mes, punto y aparte y este capítulo interminable del default del 2001 comenzaría finalmente a sellar definitivamente uno de los episodios más lamentables de la historia económica argentina.
En la medida que el tema holdouts se popularizó, un tema que un mes atrás era exclusivo de entendidos hoy está en boca del todo el mundo: las benditas RUFOs. Lo lógico sería pensar en que la principal preocupación actual es terminar definitivamente con los holdouts sin que esto genere un segundo golpe de knock-out por el lado de la deuda restructurada. Sería ingenuo pensar que sólo hay buitres del lado de los holdouts, los buitres están en todos lados y ante la menor posibilidad de activación de las RUFO se van a venir en manada a reclamar. De ahí lo delicado y el sumo cuidado con el que los abogados que representan a la Argentina estarán manejando el tema, lo cual tiene todo el sentido del mundo.
También es cierto que después de una semana que comenzó con cierto tono negativo para los ADRs argentinos y la parte larga de la curva argentina, el viernes se despidió con un rally exuberante que puso a los ADRs en promedio un 8% positivo y con un volumen enorme de trading muy por encima del promedio, sugiriendo que ante la menor debilidad en precios hay un mercado internacional muy atento a llevarse activos argentinos y a tener una conducta de buy-on-dips.
Habiendo visto cómo operaron los ADRs argentinos al cierre del viernes pasado y suponiendo que ningún cisne negro nos sorprenda hacia fin de mes parecería que la pregunta que enfrentan los activos argentinos son dos:
Sigo insistiendo con algo que comenté la semana pasada: tradear argentina con una estancia pasiva y simplemente armar un long y esperarlo a dos años probablemente sea un trade muy ganador PERO mucho más se podrá enriquecer el retorno si uno opera a la Argentina agresivamente en el intradiario o intrasemanal. A menos que haya un cisne negro cosa que no creo, los activos argentinos desde septiembre del 2013 claramente están transitando una tendencia muy positiva pero que no fue ni probablemente será hacia el futuro, suave.
Argentina es high beta, y se caracteriza precisamente por ser un país que desde el punto de vista de activos financieros ofrece muchos over-shootings. En este caso una estrategia bullish pero muy activa definiendo puntos de entrada y salida en el cortísimo plazo muy probablemente genere para el inversor retornos muy superiores a sentarse pasivamente a observar cómo lo activos argentinos seguirán claramente haciendo un catch-up con el resto de nuestro vecinos en una clara tendencia bullish a la cual le quede mucho tiempo más.
Los dejo con esto: Argentina actualmente es un país de frontera, cuando eventualmente nos cataloguen otra vez como emergentes y nos incluyan en el benchmark de emergentes, los fondos simplemente para replicar el benchmark deberán comprar argentina generando un exorbitante exceso de demanda. Esto todavía no lo vimos y para un mercado tan chiquito como el argentino: ¿cuánto upside tiene Argentina simplemente por una cuestión técnica? Caerá mucho maná del cielo de eso no me caben dudas, la pregunta es si nos sentamos simplemente a esperarlo o somos más agresivos en el trading. Por mi parte, a mí me divierte mucho más la segunda opción.