La situación del Banco Espirito Santo (BES), al que dedicábamos nuestra sección hace dos semanas, sigue dando sorpresas, como ha sido la detención la semana pasada de su hasta hace poco presidente, acusado de blanqueo de capitales. Seguiríamos siendo cautos con el valor hasta que no se publiquen los términos de su más que previsible ampliación de capital. A nivel más general, el Dax alemán, al que nos referíamos la semana pasada, ha seguido teniendo movimientos bruscos, acusando mayor debilidad el pasado viernes, cuando el S&P, índice que como decíamos en nuestro anterior comentario realmente manda, empezó a flojear a media sesión.
Uno de los factores que está determinando la evolución de las Bolsas este mes de julio son los resultados empresariales, provocando giros bruscos de los valores afectados.
Así, el pasado viernes vimos como el "e-tailer" global por excelencia, Amazon, caía un 9,6% en la sesión, tras publicar pérdidas en el segundo trimestre del año muy superiores a las del mismo periodo del año anterior. Los inversores, que han sido en general fans de Jeff Bezzos y de su peculiar estilo de gestión, empiezan a preguntarse si la extrema diversificación de Amazon, que vende ya no solo smart phones de fabricación propia, sino incluso productos de alimentación frescos, puede ser una estrategia equivocada que difiera sine die la obtención de beneficios atractivos y acordes con la elevada valoración del gigante de Internet, que incluso tras la caída del viernes capitaliza ciento cincuenta mil millones de dólares y cuyo PER supera las cien veces beneficios.
Por el contrario, la Bolsa recibió el viernes con una subida del 10,7% el anuncio de Royal Bank of Scotland de haber duplicado sus beneficios en el primer semestre y de que espera cumplir su objetivo de rebajar costes en mil millones de libras en el ejercicio 2014.
En el Gráfico se aprecia muy bien la dispar reacción de los inversores ante los respectivos anuncios de Amazon y de RBS. Pero hay otro dato que se apreciaría si pusiésemos un Gráfico largo, de los últimos cinco años. Amazon ha multiplicado por cuatro veces su valor bursátil desde el 2009, mientras que RBS ha sufrido una pérdida de valor del entorno del 20% en ese periodo. Dicho de otra forma, las expectativas de los inversores con Amazon son muy elevadas, mientras las que tienen respecto a RBS parece que son más realistas. Una moraleja que podría servirnos para el conjunto del mercado, evitando valores que hayan recogido ya en su cotización escenarios excesivamente optimistas.
Seguimos apostando por RBS incluso después de su fuerte subida (ver Gráficos semanales de 5 de mayo de 2014 y de 4 de noviembre de 2013). En cuanto a Amazon, si bien confiamos en el talento de gestión de Jeff Bezzos, preferiríamos esperar a precios del entorno de los 250 dólares para recomendar su compra, tal y como hace años, cuando recomendamos comprar Amazon, en niveles de precio muy inferiores a los actuales, en nuestros Gráficos semanales de 26 de julio de 2010 y 9 de marzo de 2009, entre otros.
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