Tras su infructuoso intento de estabilizarse, el oro ha recibido esta semana una nueva tunda que lo ha dejado maltrecho. Con todo, el precio ha aguantado como un jabato por encima del soporte situado entre 1.280,05 y 1.265,50.
Si fijamos ahora nuestra atención en el factor tiempo, podemos concluir que el suelo del ciclo podría formarse como muy pronto a mediados de la próxima semana, cuando hace acto de presencia una nueva vibración de Gann. La onda sinusoidal, por su parte, sigue previendo el suelo teórico (ST) del ciclo para el 18 de octubre.
Un elemento esperanzador es la obstinada divergencia alcista dibujada por el indicador de momento. No obstante, como el que manda es el precio, mientras no se supere la línea horizontal, poco podemos esperar por el lado largo. De hecho, para activar una señal de la posible conclusión de la fase descendente del ciclo, el precio debe romper al alza la nueva línea horizontal situada en 1.330,80.
Permanezcan atentos.