No íbamos descaminados al dedicar nuestro Gráfico semanal de hace siete días al bund, que la semana pasada volvió a marcar un nuevo hito al caer su tipo de interés por debajo del 1%, por primera vez en la historia. La "culpa" de ello la tuvo el mal dato de PIB de la zona euro y de Alemania publicado el pasado jueves, así como la constatación de que la inflación alemana y de la zona euro camina de forma peligrosa hacia entornos negativos.
Y precisamente el mismo jueves, día de referencias históricas, se publicaba, por un lado, que la economía española era, entre las cuatro grandes, la única que había crecido en el segundo trimestre en la zona euro, contrastando su crecimiento de seis décimas con el estancamiento francés y con la caída de dos décimas de Alemania e Italia, y, por otro lado, que la deuda pública española supera ya el billón de euros, por primera vez en su historia.
Dos datos relevantes, y de lecturas algo encontradas, a la hora de analizar el Ibex 35, que es el índice líder entre los de la zona euro en lo que va de año, con una subida acumulada desde el uno de enero del 3,08%. ¿Va a ser realmente la economía española locomotora de la zona euro? ¿O estamos ante un nuevo caso de crecimiento inflado por la expansión de la deuda, pero no basado en fundamentos sólidos y sostenibles? ¿Es bueno que cada unidad de PIB necesite una dosis mayor de deuda?
Es muy difícil responder a esa pregunta, ya que para hacerlo habría que responder antes a la cuestión más amplia de si el modelo ideado por los Bancos Centrales para salir de la crisis, basado en inyecciones monetarias masivas, coordinadas e ilimitadas, va a funcionar o no. La tesis general es que sí va a funcionar y, si esto es así, la economía española es la mejor posicionada en la zona euro para despegar, ya que, en esta visión, el que la deuda pública crezca no importa porque la refinanciación (roll over) a bajos tipos de interés está garantizada y las ganancias de productividad acaban por hacer crecer a la economía, vía exportaciones y vía, en una segunda fase, consumo interno.
Por el contrario, si pensamos que la deuda es una carga que tarde o temprano pasará factura, y que lastra el crecimiento, la economía española lo tendría peor, sobre todo si la zona euro, destino prioritario de nuestras exportaciones, sigue estancada.
Lo anterior es relevante porque, aunque algunas grandes empresas del Ibex 35 hacen ya una gran parte de su negocio fuera de España, lo cierto es que el peso de la banca es muy grande en el Ibex y la evolución de la banca está muy vinculada al crecimiento de la economía española.
El gráfico muestra como, pese a la espectacular subida desde julio de 2012, el Ibex se sitúa todavía casi un 20% por debajo de los niveles de finales de 2009, y está en un punto muy crítico, ya que no ha podido romper los máximos de la primera parte de 2011.
No seríamos partidarios de tomar en este momento posiciones direccionales largas en el Ibex, pero sí de tomar posiciones relativas a favor del Ibex frente a otros índices europeos.
En nuestro Gráfico semanal de 25 de noviembre de 2013 apostábamos claramente por tomar posiciones largas compradoras en el Ibex y cortas vendedoras en el Cac, recomendación que ha funcionado muy bien, ya que en lo que va de año el Ibex sube un 3% y el Cac baja un 2,8%.
Hoy nuestra recomendación sigue siendo apostar comparativamente a favor del Ibex y en contra del Cac francés o del Mib italiano, ya que pensamos que la economía española y las empresas que integran el selectivo aprovecharán mejor las nuevas medidas que el BCE va a poner en marcha a partir de septiembre.
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GRÁFICO DEL IBEX LOS ÚLTIMOS DIEZ AÑOS