Una de las cuestiones que más repercusión tiene en el mercado de las divisas son los Bancos Centrales. Pero no solamente sus respectivas políticas monetarias, sino cualquier comentario que es susceptible de ser posteriormente interpretado por los inversores.
Vamos a ver varios ejemplos:
- Euro: China la reserva de China es inmensa, siendo el dólar norteamericano el principal activo. En su momento pensaron que sería positivo diversificar un poco en otras divisas y el euro fue la escogida, pasando a tener un peso específico del 25% en el total de las reservas del gigante asiático. Este hecho contribuyó a que la divisa comunitaria se fortaleciese.
- Franco suizo: el Banco de Suiza intervino su divisa en septiembre del 2011 debido a la fuerte entrada de capitales por la crisis económica. La intervención consistió en evitar que el cambio euro/franco baje de 1,20 y para ello compra euros y vende francos. Dicha intervención se mantiene vigente aún hoy en día. El resultado es que el franco no logra apreciarse frente al euro.
- Yen: a finales del 2012 con Abe en el Gobierno comenzó el programa Abenomics, basado en una fuerte flexibilización y en el gasto público. Entre otras razones, uno de los objetivos era salir del oscuro túnel deflacionista que asolaba al país durante catorce años y crear inflación con el objetivo en el 2%. En abril del 2013 el Banco de Japón activó un programa de compra de activos para intentar duplicar la base monetaria para el año 2015.
La reacción del yen no se hizo esperar y comenzó a depreciarse con fuerza frente al resto de divisas.
En estos momentos, el PIB de Japón cae en el segundo trimestre del año un 6,8%, la mayor contracción desde el segundo trimestre del 201. Este dato, pese a todo, es mejor que lo esperado por los inversores (7,1%). El problema es que el consumo mostró un retroceso del 5 % tras la subida del IVA y las exportaciones se redujeron un 0,4 %. Esto abre la puerta a que el Banco de Japón podría implementar nuevas medidas de estímulo monetario y aplazar la subida de dos puntos porcentuales del IVA que se iba a realizar en abril del 2015.
- Dólar neozelandés: gracias a las subidas de tipos de interés el dólar de Nueva Zelanda se convirtió en una de las divisas favoritas de los inversores, de ahí su fuerte apreciación. Durante el último mes, se ha depreciado entre el 1,6 y el 4 % frente a la libra y el dólar, respectivamente. La razón hay que buscarla en que los inversores no confían en que el Banco de Nueva Zelanda vuelva a subir los tipos de interés en su próxima reunión.
Los cambios en los tipos de interés de un Banco Central inciden en la demanda de la divisa y en el tipo de cambio respecto a otras divisas. Un incremento del tipo de interés hace que la divisa sea más atractiva porque ofrece mayores ventajas y beneficios que otra divisa con menores tipos de interés y es por ello que se produce un flujo de capital.
- Libra: lleva tiempo el Banco de Inglaterra insinuando que pronto subirán los tipos de interés. La idea es que la próxima subida (previsiblemente en el 2015) se realice de manera progresiva y gradual. Es precisamente este hecho, la subida de tipos, lo que descuentan los inversores desde hace tiempo, de ahí que la libra esterlina sea una de las divisas más fuertes del año. Como pueden ver, un caso similar al dólar neozelandés.
- Dólar canadiense: el Banco de Canadá dejó los tipos sin cambios en el 1% pero transmitió un tono pesimista rebajando sus previsiones de 2014 y 2015 del PIB (2,2 y 2,4 %). ¿Por qué se ha girado al alza eur/cad y usd/cad? Pues precisamente por eso, por las peores previsiones de la economía canadiense.