Alibaba tiene su sede en Hangzhou, China; su fundador, Jack Ma, ha conseguido hacer una inmensa fortuna tras la salida a bolsa de su componía online, la más grande del mundo. Y algo más importante, simboliza un cambio monumental: los días en los que Occidente estaba enfocado a los servicios de alto valor añadido y tecnología, mientras que los mercados emergentes se concentraban en productos de bajo coste - la norma desde la década de 1980 - se ha acabado para siempre. Alibaba es una empresa asombrosamente avanzada; su tecnología está mucho más avanzada que la de la mayoría de las empresas occidentales.
China está comenzando a hacerse un hueco en la tecnología de consumo. Y esta tendencia continuará en los próximos años y décadas en otros mercados emergentes. Por supuesto, este cambio no ha salido de la nada: la India, por nombrar sólo otro país, ha pasado años desarrollando una floreciente y ultra-moderna industria de alta tecnología. Del mismo modo, es obvio que EE.UU. mantendrá el asombroso éxito de su industria tecnológica por una variedad de razones económicas, políticas y culturales.
"Lo que es diferente tras Alibaba, es que la psicología ha cambiado", dice Allister Heath en The Telegrahp. "Ahora todos tenemos que afrontar el hecho de que hay competencia en todas las industrias, incluso en aquellas en las que los profesionales occidentales solían disfrutar de algún tipo de protección.
Esto no quiere decir que el número de puestos de trabajo de alto valor añadido colapse ahora en los países de primer nivel, o que la caída salarial de los últimos años, se convertirá en permanente. Las compañías occidentales inteligentes y emprendedoras podrán navegar en una nueva ola de prosperidad y crear empleo como resultado de la mayoría de edad de Asia. El libre comercio y la integración de la economía global no son juegos de suma cero: permiten aumentar el poder adquisitivo de todos los países.
Sin embargo, e inevitablemente, habrá problemas en el corto plazo. Las empresas y los trabajadores occidentales se mantendrán en estado de alerta. Es posible - aunque esto no se puede probar - que la caída del empleo en los sectores mejor remunerados en las economías avanzadas durante el año pasado fuera causada por el creciente desafío de la globalización. Si llega el caso, es posible que otros factores, liderados por la automatización, sean más importantes. Pero incluso si él golpe se hubiera recibido por la mayor exposición del sector de servicios a las fuerzas globales, no hay ninguna razón por la cual el impacto sobre el empleo no se pueda revertir, con algunas reformas y un poco de esfuerzo.
Lo que es seguro es que ya no hay ninguna manera de ganar dinero fácil, no hay nichos de mercado en los que los mercados emergentes no puedan entrar. La competencia será mucho más intensa.
Las capacidades tendrán que perfeccionarse y los incentivos mejorados. Educación, fiscalidad e infraestructuras tendrán que ser las adecuadas. La mega salida a bolsa de Alibaba debería dar una lección a las economías occidentales: ya nadie es inmune a la globalización y a las poderosas fuerzas del mercado."
Fuentes: Allister Heath - The Telegraph