En estos últimos días el dólar americano ha acelerado una tendencia que venimos viendo desde hace meses: su clara fortaleza relativa contra casi todas las monedas del mundo. Siempre me gustó tradear al yen japonés y desde hace mucho tiempo tengo la costumbre de mirarlo cotidianamente dado que es un reflejo elocuente de lo que acontece con el dólar a nivel mundial: generalmente el yen se mueve en forma contracíclica contra el dólar americano. Para ubicarnos en perspectiva: el Yen arranca la crisis en junio 2007 en 125 yenes por dólar, en el punto más dovish de la Fed alcanza niveles de 75 y desde ahí ha tenido una renovada depreciación imparable hacia los casi 110 yenes por dólar de la actualidad y esto no terminó aquí.
El yen es un claro reflejo de lo que acontece en una amplia gama de precios relativos: el dólar está volviendo y con él ha comenzado una tendencia de reversión de precios relativos hacia los niveles de junio 2007, la buena noticia es que la Fed está totalmente comprometida a que dicha reversión sea en absoluta cámara lenta. Lo interesante de este incipiente y a la vez irreversible ciclo de apreciación del dólar es que el mismo, a diferencia de otros ciclos de apreciación, se realiza ante una curva de yields anestesiada intencionalmente por la Fed o sea, será una apreciación sin empinamiento agresivo en la curva de yields. Este escenario de apreciación con yields freezadas resulta porque actualmente USA, Japón y Europa, están todos embarcados en un claro ciclo de política monetaria acomodativa y ultra dovish. En criollo: son todos dovish, un mundo de palomas en donde no quedó un sólo halcón.
Sin embargo, en un mundo en donde todos son dovish, el menos dove termina siendo el hawk. Y actualmente queda claro que Estados Unidos está en un punto más avanzado del ciclo monetario relativo a Japón y Europa. Mientras USA muy de a poco intenta disminuir su paquete de estímulo monetario, Japón y ahora Europa están totalmente inmersos en una lucha sin tregua contra el desempleo y la reflación, recién ahora ambos se han dado cuenta de la clara guerra de moneda que les planteó la Fed desde el 2008. Así como por el 2009 un ECB dovish terminaba siendo el hawk de la película, ahora estamos en la fase exactamente contraria: una Fed dovish pero culminando QEIII versus un ECB que finalmente intentará articular su propio QE, convierte a la Fed en el kawk del 2014/2015. Estamos en presencia de una vieja película iniciada en 2008 pero con los actores cambiando de rol: QE en Japón y Europa versus la finalización de QE en USA. Esto claramente convierte al dólar en la moneda relativa hawkish versus las otras dos.
Deberemos comenzar a imaginarnos como será transitar los próximos meses/años en un entorno reflacionante pero al mismo tiempo con fortaleza del dólar y con una parte larga de la curva de yields americana que la Fed intentará mantener muy deprimida por al menos tres años más. De esta forma, los mercados han iniciado un nuevo proceso en donde la reflación persistirá pero probablemente será más lenta y con menos volatilidad por una sencilla razón: hay puts gratis en las principales tres monedas del mundo: dólar, yen y euro.
Entonces, la reflación está para quedarse pero cambió la moneda, el dólar está para fortalecerse pero con su propia curva de yields adormecida o sea: un cambio de precios relativos bastante heterodoxo y quizá único en la historia. Y sin bien, yo de commodities no sé nada, ojo con los commodities porque les suele ir mal en periodos de apreciación del dólar tal como lo estamos viendo. Todo parecería darse para que el yen recupere los 125 de junio del 2007 en un futuro cercano. Y los dejo con esta pregunta: Argentina, a esta fiesta reflacionante le quedan sólo cinco años: ¿nos vamos a prender del último vagón al menos?