Hace unas semanas les comenté en un artículo que Alemania y Grecia estaban lanzando órdagos y faroles para tantear el terreno y la reacción de la otra parte, pero que en modo alguno quieren llegar a medidas extremas que perjudicarían a ambos, ya que Grecia quedaría sumida en la más absoluta oscuridad y soledad, mientras que Alemania es el país del mundo con más deuda helena en los bancos.
Por tanto, era cuestión de tiempo de que los mensajes se relajasen, cuestión que las Bolsas del Viejo Continente agradecieron con más subidas (aparte de que descuentan un inminente QE por parte del BCE).
– Bien, por un lado tenemos a Grecia. Syriza comenzó utilizando su mensaje estrella de realizar una quita de la deuda. Ahora matiza que más bien se trataría de una moratoria sin intereses hasta que el ratio de deuda alcance al menos el 20 % del PIB. También amenazaban con salir del euro, pero ya se están encargando de decir que no les interesa una divisa con una fuerte depreciación frente a la europea.
Lo que está claro es que es muy fácil prometer el oro y el moro cuando no eres nadie y las posibilidades de ganar son muy remotas, pero cuando la realidad es diferente y se contempla objetivamente que se puede ganar, la cosa cambia y hay que cambiar muchas cosas que se dijeron, porque sencillamente eran una locura e irrealizables (¿Les suena esto de algo?).
El tema radica en que si Syriza gana pero sin una clara diferencia, al tener que llegar a pactos con otras formaciones políticas, su programa económico se diluirá como el azucarillo. Este es el motivo por el cual Podemos en España siempre dice que no vienen a quedar en un buen puesto, sino a ganar.
– Por el otro lado tenemos a Alemania. Es un secreto a voces que Merkel estaría por la labor de revisar las condiciones del rescate de Grecia, eso sí, hay una condición muy clarita, han de comprometerse a seguir manteniendo las medidas de austeridad (requisito ineludible e innegociable). La explicación es muy sencilla y tiene toda la razón de ser, no quieren un efecto rebote o contagio y que luego vengan otros países buscando y pidiendo clemencia en lo que respecta a las reformas económicas que tienen que llevar a cabo.
De todas formas, Alemania es muy consciente de que Syriza lo que pretende con las amenazas de no pagar la deuda o de abandonar el euro es contar con nuevas cartas en la partida de póker, en definitiva, tratar de presionar a Europa poniendo toda la carne en el asador para obtener una nueva quita de su deuda.
Y es que el tema de las elecciones anticipadas de Grecia tiene más tentáculos. Por ejemplo, invalida el calendario que habían fijado con Europa para prorrogar el rescate, con lo que el Gobierno vencedor tendrá que buscar liquidez porque desde marzo finaliza el segundo rescate y vendrán los problemas (es precisamente en ese mes cuando vencen créditos y bonos y el país ha de hacer frente a los pagos sin ayuda para ello).
Mientras, las primeras consecuencias se están vislumbrando: fuga de capitales, fuerte subida del interés del bono a 10 años, el Banco Central de Grecia pidiendo al BCE liquidez urgente para sus principales bancos, incertidumbre, inseguridad, temor.