El 2 de febrero, la situación técnica del Santander se presentaba como sigue: el ciclo de 40 días se encontraba en su fase descendente; el precio había percutido contra el soporte localizado entre 5,92 y 5,87; el suelo teórico (ST) previsto por la onda sinusoidal se había cumplido el 30 de enero; y una vibración de Gann capaz de forzar un suelo iba a irrumpir exactamente el 2 de febrero.
Por último, disponíamos de la línea horizontal situada en 6,25, cuya rotura al alza activaría la señal de posible conclusión de la fase descendente del ciclo de 40 días. A continuación, muestro el gráfico que publiqué el 3 de febrero por la mañana.
Ocho días después, tras varios bandazos del precio, la línea horizontal había modificado su ubicación, situándose en el nivel 6,18. Además, el indicador de momento dibujaba una potencial divergencia inversa alcista (líneas rojas), lo cual sugería la inminencia del suelo cíclico.
Al día siguiente, el Santander rompió al alza la referida línea horizontal y el oscilador de confirmación superó el nivel cero, certificando de ese modo que el suelo del ciclo se había formado el 2 de febrero. De forma inmediata, calculé los objetivos de subida de la fase ascendente y ofrecí el techo teórico (TT) pronosticado por la onda sinusoidal y una vibración de Gann capaz de forzar un techo.
Al cierre del ayer, el Santander ha roto el primer objetivo de subida (no mostrado en el siguiente gráfico) y ha recalado en el segundo, al tiempo que se ha generado un tercero. Por otro lado, la onda sinusoidal se ha ajustado a la derecha, pronosticando un nuevo TT.