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El beneficio de una moneda más débil

por Carlos Montero Hace 9 años
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¿Por qué la idea de una moneda más débil tiene tanto encanto? Es cierto que en el corto plazo ayuda a los exportadores de la zona euro y por lo tanto a las economías de la zona euro. Pero también encarece las importaciones, más intensamente en el largo plazo ya que se arraiga el efecto del tipo de cambio sobre los precios de importación, según Tyler Cowen. Incluso en el corto plazo, hace que los ciudadanos sean menos ricos en relación al resto de ciudadanos extranjeros, suponiendo que las personas e instituciones de la zona euro tengan una gran parte de sus ahorros en euros, una hipótesis plausible.

La conclusión: La debilidad del euro hará que las exportaciones de la zona euro sean más baratas, pero reducirá el poder adquisitivo de los ingresos y la riqueza existente.

Es un equilibrio que en general se acepta como positivo, dice Megan McArdle de BloombergView. "Cuando una moneda cae impulsa las exportaciones, esto es generalmente considerado como algo bueno, a pesar de que el corolario necesario es una reducción en el poder adquisitivo interno.

¿Por qué la gente acepta de buen grado este hecho? Una posibilidad que se oye con frecuencia es que la gente está comparando falazmente naciones con hogares. Si usted vende más bienes o servicios a otras familias que lo que consume, entonces su economía personal irá bien, por lo que también debe ser verdad para su país, ¿verdad?

Tal vez sea así. Pero creo que hay otra razón por la que queremos exportar más de lo que importamos, y eso tiene que ver con la importancia del trabajo.

El trabajo es fundamental para nuestra vida, tan central que, en una democracia moderna e industrializada, estar en paro durante un largo periodo de tiempo es casi lo peor que te puede pasar. Las prestaciones de desempleo del gobierno pueden hacerse cargo de la presión financiera, pero las personas que han estado sin trabajo durante mucho tiempo siguen siendo infelices incluso en países con programas de desempleo generosos. No tener un trabajo te niega un sentido de propósito y la estructura de vida. No es de extrañar, entonces, que los ciudadanos quieran que haya empleo, incluso a costa de sacrificar cierto poder adquisitivo.

Durante los últimos años hay cada vez más ciudadanos que temen que la automatización les quite el trabajo. Tenemos que encontrar la forma de que las personas den sentido a sus vidas más allá de tener un trabajo, porque muchas personas no lo tendrán. Este fenómeno demuestra por qué soy tan escéptico con esta idea: La gente puede odiar sus puestos de trabajo, pero la alternativa no será escribir sinfonías o hacer artesanía en madera; la gente tiende a usar el tiempo extra para dormir y ver la televisión... o buscar un empleo. Así querer sacrificar poder adquisitivo por empleo puede ser económicamente ilógico... entre otras cosas porque no podemos tener un mundo entero de exportadores netos. Pero tiene una cierta lógica humana que ignoramos por nuestra cuenta y riesgo."


Fuentes: Tyler Cowen y Megan McArdle


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