Muchas veces me han comentado que la bolsa no es más que un juego, es difícil explicar que la bolsa no es un juego cuando en la formación de precios intervienen tantos parámetros relacionados con el lado emocional de las personas, o cuando es difícil establecer una teoría o formula de inversión que sirva para manejarse con total seguridad en los mercados financieros.
Es verdad que cuando realizamos una inversión nos movemos en un entorno de incertidumbre, donde no disponemos de información completa de las empresas ya que la evolución económica de un negocio en el futuro es algo incierto.
Para Peter Lynch una inversión no es más que una apuesta en la que has logrado inclinar las probabilidades a tu favor y establece una similitud entre la bolsa y el stud poker. En el Stud Poker de siete cartas uno puede conseguir unos resultados sobresalientes a largo plazo si sabe jugar apropiadamente sus cartas, cuatro cartas se dan descubiertas por lo que no sólo se puede conocer más de la mitad de nuestra jugada sino también de la jugada de nuestros rivales y al arrojar la tercera y la cuarta carta resulta bastante obvio quienes son los que tienen más probabilidades de ganar o si la partida puede resultar igualada. En la bolsa ocurriría algo similar ya que hay muchísima información que está destapada y únicamente hay que saber de qué manera buscarla.
Si sabemos buscar la información necesaria y contestar a unas cuantas preguntas básicas podremos disponer del conocimiento suficiente para saber cuáles son aquellos negocios que disponen de unas mayores probabilidades para crecer. Evidentemente, será difícil saber con total certeza lo que sucederá, pero los nuevos hechos (o cartas descubiertas) nos irán mostrando si debemos de seguir pujando en una nueva apuesta o negocio, siendo nuestras cartas las que nos indiquen las probabilidades de ganar la partida.
Si somos jugadores habituales de stud poker, sabremos que siempre terminan ganando los mismos, aquellos jugadores que saben mantener sus apuestas y calcular adecuadamente las probabilidades de éxito en cada mano. Estos jugadores saben incrementar apropiadamente el peso de sus apuestas cuando su posición se refuerza y dejan la mano cuando las probabilidades pasan a estar en su contra, sin ofrecer oportunidades a los milagros. Tanto en la bolsa como en el stud poker, los milagros aparecen sólo para permitir que los perdedores sigan perdiendo su dinero.
Los buenos jugadores son aquellos que saben que en alguna mano disfrutarán de tres ases, apostarán al máximo y perderán ante una escalera de color de manera ocasional, pero saben aceptar la derrota en esa mano y aceptar su destino pasando a la siguiente mano, convencidos de que su método les permitirá el triunfo a largo plazo. El ganador sabrá aceptar pérdidas periódicas, reveses y hechos imprevistos de manera ocasional.
Es importante saber que la bolsa no es una ciencia exacta, que no es como el ajedrez (donde una posición superior siempre gana), comprender que si siete de cada diez apuestas rinden de acuerdo a lo esperado el éxito estará asegurado y que si uno sabe jugar bien sus cartas el tiempo reducirá los riesgos.
No cabe duda de que la bolsa es una apuesta a la que vale la pena jugar, siempre que sepamos calcular nuestras probabilidades de éxito mientras el mercado destapa las nuevas cartas en las que poder invertir.