Solo han hecho falta cuatro meses para que el 2015 sea un año clave en cuanto a operaciones corporativas, continuando así con la tendencia que empezó en el 2014. Durante el periodo citado se han realizado a nivel mundial más de 6.000 operaciones entre fusiones y adquisiciones. No es una cifra demasiado elevada ya que se ha alcanzado con facilidad anteriormente. Lo que más llama la atención es la cuantía de las operaciones que se han llevado a cabo. En estos casi cuatro meses, el acumulado total de las mismas supera los 800.000 millones de euros. Este es, por tanto, el mejor primer cuatrimestre desde el año 2007 cuando la crisis impactó de lleno en los mercados financieros mundiales, aproximándose también a los niveles del año 2000 con el estallido de la burbuja tecnológica.
La liquidez desbordante en el mercado junto con una financiación a coste cero, impulsada por las políticas ultra expansivas de los principales Bancos Centrales, han llevado a las grandes compañías a expandirse aprovechando esta coyuntura. Si bien, no toda la liquidez acumulada se debe a los factores citados. La incertidumbre respecto a la situación económica tras la crisis y la falta de claridad sobre la evolución de la demanda impulsaron un gran aumento de los activos más líquidos (incremento de tesorería) en los balances al rediseñar las compañías sus estrategias mediante la optimización de costes, la venta de activos y el desapalancamiento. En consecuencia, la evolución favorable del crecimiento económico y, tal y como se ha citado, unas perspectivas aún laxas en lo que a política monetaria se refiere, no es de extrañar que las grandes empresas salgan al mercado a comprar para poner en movimiento el dinero acumulado.
Así, a pesar de que se podría esperar un aumento considerable del crecimiento orgánico con un incremento en el CAPEX de las empresas o que las estrategias de desapalancamiento cogieran un mayor impulso parece que, en estos momentos, las compañías apuestan por el crecimiento inorgánico mediante las fusiones y adquisiciones, invirtiendo cantidades millonarias para hacerse con el control de las firmas que desean. Esto, como es de esperar, ha acarreado fuertes incrementos en los precios de las acciones tal y como se observa en los ejemplos que se citarán a continuación.
El cuadro anterior nos muestra las principales operaciones que se han llevado a cabo en estos cuatro primeros meses del año, ordenadas por el importe efectivo de las mismas. Tal y como se observa, solo las tres primeras suponen, en volumen monetario, más de 100.000 millones de euros. En este contexto, el tercer lugar en la clasificación lo ocupa una de las primeras que se dieron a conocer en este 2015, la adquisición de Hutchison Whampoa, perteneciente al multimillonario Li Ka-Shing, por parte de otra de sus compañías, Cheung Kong Holdings. Este acuerdo se lleva a cabo en el marco de una restructuración en el imperio corporativo del magante a través de un nuevo conglomerado denominado CK Hutchinson Holdings.
Por otro lado, la anunciada fusión entre Heinz y Kraft Foods a finales de marzo, tras la cual la nueva compañía se posicionará como el quinto mayor grupo de alimentación y bebidas a nivel mundial se sitúa en segundo lugar con una valoración de 41.000 millones de euros. Así, tras las avanzadas conversaciones que mantenía Berkshire Hathaway (brazo inversor de Warren Buffet y copropietario de Heinz junto con la firma brasileña 3G) para adquirir Kraft, la operación se llevará a cabo mediante la fusión de ambas compañías. Los accionistas de Heinz controlarán el 51% de la empresa fusionada (Kraft Heinz Co.) mientras Kraft ostentará el 49% restante. Asimismo, los accionistas de esta última recibirán los títulos nuevos más un dividendo efectivo de 16,50 dólares por acción. El anuncio del acuerdo conllevó una revalorización en los títulos de Heinz del 35,61% hasta alcanzar en dicha sesión nuevos máximos históricos. Posteriormente, los títulos han continuado revalorizándose más de un 6%.
Para finalizar, la primera posición es para la adquisición de BG por parte de Royal Dutch Shell. La fusión de ambas compañías por unos 65.000 millones de euros es la mayor registrada desde el año 2013 y la más grande del sector desde hace más de una década. La adquisición de BG se llevará a cabo mediante el pago en efectivo de 0,383 peniques por acción más 0,4454 acciones de Shell (clase B). Si analizamos los movimientos posteriores al comunicado, BG se revalorizó un 26,65% mientras Shell perdió más de un 4%, cifra que posteriormente ha recuperado. Además, debido al descenso continuado en el precio del crudo y el impacto que esto está generando en los resultados de las compañías del sector no sería de extrañar que se anunciaran nuevas fusiones en los próximos meses.
Como queda reflejado, las fusiones y adquisiciones han ayudado a impulsar las alzas en las bolsas, reflejando así la mejor capacidad que poseen las compañías y elevando las previsiones sobre las mismas tras los acuerdos. Si bien las operaciones corporativas son un síntoma positivo de avance e implican un mayor crecimiento a nivel empresarial, se empiezan a observar ciertos niveles que nos hacen pensar en la rentabilidad de las mismas. En definitiva, vemos que el impulso alcista continúa en el mercado bursátil, donde se celebran en exceso las buenas noticias, las malas no se castigan lo suficiente pero las compañías continúan reportando unos resultados positivos. Sin embargo, aunque la tendencia de fondo sea claramente alcista debemos ser cautos y reflexivos. Los ratios de mercado cotizan de forma exigente, no en burbuja pero tampoco baratos.
Andrea Gómez Fernández,
Analista de 3MBolsa.