El Viernes leí que Manuela Carmena después de ser investida alcaldesa de Madrid ha acusado a buena parte de los ciudadanos españoles de falta de información y de no reflexionar sobre las cosas que escuchan, manifestando que las personas de izquierdas son las únicas personas cabales que luchan contra la desigualdad y que se sienten heridas por dichas injusticias; también acusó a las políticas liberales y a su manera de actuar, del actual clima de corrupción que hay en España ya que según ella lo único que propugnan para alcanzar la felicidad es la acumulación de bienes materiales.
Creo que las palabras de Manuela Carmena son fruto de unas profundas convicciones y de una larga trayectoria, pero yo le invitaría a la alcaldesa de Madrid a que reflexionase también sobre las cosas que escucha y dice antes de querer acusar a buena parte de la población española de falta de información.
Estoy absolutamente de acuerdo con querer disfrutar de una sociedad más igualitaria, donde todos partamos de unos mismos derechos y también obligaciones, una sociedad donde todo el mundo tenga las mismas oportunidades aunque recordemos que las personas no somos iguales en preferencias, aspiraciones o capacidades y eso no se puede imponer por ley; una sociedad es imposible que prospere haciéndonos a todos iguales o haciendo creer que todos tenemos derecho a todo y que es obligación del Estado dárnoslo. Las sociedades deben avanzar pero sin estimular el resentimiento hacia aquellos que con su esfuerzo consiguen éxitos en la vida. Las sociedades progresan cuando los ciudadanos pueden ser responsables de sus propias vidas y recoger los frutos de su esfuerzo y también progresan cuando pueden proporcionar una mayor protección a aquellos ciudadanos más desfavorecidos y necesitados fruto de una mayor solidaridad.
Es importante saber que las mayores desigualdades sociales se dan entre naciones que aplican unas políticas u otras, y que aquellos que pretenden que todos seamos iguales (independientemente de nuestra formación, talento, preferencias o esfuerzo) son quizá aquellos que han generado un mayor estancamiento social y menos avances y progresos sociales en sus naciones. Les invito a que se lean mi artículo ¿Libertad o represión económica? Para saber donde se encuentra cada nación.
Culpabilizar al liberalismo de la corrupción en España es un análisis partidista ya que trata de culpabilizar de los males de un país a un modelo económico y social que es aplicado en infinidad de países y donde dichos males no son extrapolables a la mayoría de los países donde se han aplicado estas políticas. Evidentemente nadie aspira a un capitalismo salvaje donde no se piense nunca en los más desfavorecidos, ese es un concepto simplista y poco evolucionado de lo que es el liberalismo ya que las nuevas vertientes no van en esa dirección, sino más bien hacia lo que sería un liberalismo social, pensando siempre en un mayor progreso y bienestar social. Ser liberal va mucho más allá del mero concepto económico, consiste en constituir una sociedad vertebrada en sus individuos y sus libertades, donde el Estado no regula lo que los ciudadanos deben hacer, ni provee los bienes y servicios a sus ciudadanos, sino que asegura sus libertades y garantiza unas normas para el mayor progreso como sociedad.
La crisis que se ha dado en el sur de Europa y que han sufrido millones de personas que han perdido su empleo han tenido un factor común en todos los países, un sobredimensionamiento excesivo del sector público en términos de PIB, abarcando el Estado un control de la sociedad tan gigantesco que llegó a dirigir sectores donde jamás debió entrar. Al sector financiero es al que habitualmente se le culpabiliza de los males de la crisis, pero si recordamos la gran burbuja inmobiliaria fue ocasionada por una concesión excesiva de crédito y dicho exceso masivamente vino de la mano de la banca pública que no supo cuantificar dichos préstamos por criterios de solvencia, eficiencia o rentabilidad y si por criterios de una falsa equidad y un enorme desconocimiento del sector, lo que condujo a que las cajas de ahorros (la banca pública) tuvieran que ser rescatadas con más de sesenta mil millones de euros procendentes de Europa y sin olvidar que fue el resto de la banca privada quien con más dinero tuvo que contribuir para salvar al sistema financiero español.
Algunas personas creen que optando por la configuración de un Estado que se haga cargo de nuestras vidas y estableciendo cuales tienen que ser nuestros derechos, necesidades y obligaciones desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte conseguiremos progresar como sociedad, pero hasta ahora únicamente el liberalismo social es el que nos ha conducido hacia un mayor progreso como naciones.