No todo el mundo es capaz de soportar la carga de trabajo que requiere iniciar una empresa. Eso no quiere decir que la idea no sea brillante. Sólo significa que debes tener los rasgos de personalidad fuertes y decididos para manejar el lanzamiento de una compañía.
Antes de invertir tiempo y recursos, evalúate a ti mismo y date cuenta si tienes los rasgos típicos de empresario. ¿Estás motivado para ello? ¿Eres capaz de adaptarte a nuevas circunstancias? ¿Podrás ser flexible y confiado con tus posibles empleados, clientes, etc.?
No te limites a iniciar un negocio por que algo está de moda y quieres ganar dinero fácil y rápido. Desarrollar un concepto de negocio del cual estás relacionado de alguna manera o tienes experiencia en ello hará que te sientas mucho más motivado y satisfecho con el trabajo que desarrollas.
Una vez te decidas por una de las muchas ideas que tendrás, averigua como puedes hacer que se convierta en una realidad. ¿Es el producto o servicio algo que la gente quiera o necesite? ¿Puedes hacer beneficio con ello? ¿Funciona el producto?
Un plan de negocio sólido y sin fisuras te guiará en un futuro. También es importante para presentarlo en sociedad, es decir, delante de posibles inversores. Tu plan de negocio debe incluir un recorrido; por donde irá la empresa, una descripción de un mercado objetivo, proyecciones financieras y el coste de la operación.
A pesar de que es posible que ya sepas los intereses de mercado, necesitas saber más y profundizar en ello. Evalúa el mercado, dirigido a los clientes con más probabilidades de hacer una compra. Realiza una evaluación de la competencia.
Haz una investigación adicional y descubre los factores de coste estándar dentro de tu industria. Esto no sólo ayuda a gestionar tu negocio de manera más efectiva, si no que los inversores querrán saberlo.
Una vez que determines la cantidad de dinero disponible y con la que podrás trabajar, calcula la cantidad que se necesita para desarrollar tu producto o servicio y crea un plan de marketing.
Vas a necesitar algún tipo de financiación para empezar, ya sea de tus propios ahorros, créditos, préstamos, subvenciones… Encuentra un inversor que comparta tu visión de negocio, alguien con quién creas que puedas trabajar.
Te guste o no, los inversores tienen algo que decir en tu empresa. Y tienes que escuchar sus consejos o sugerencias. Pero eso no significa que debas hacer siempre lo que te digan, tú decides que será mejor para tu negocio.
Vas a invertir gran cantidad de tiempo y recursos en tu negocio. Asegúrate que tu familia no está involucrada pero sepan de su existencia. Deben ser conscientes de que este proceso será un reto financiero y emocional.
Resuelve el dilema de que tipo de propiedad legal es mejor para tu tipo de negocio: empresa unipersonal, Sociedad Limitada, fundación, etc.
Decide sobre que nombre se adapta mejor a tu negocio. Comprueba si el nombre está disponible como dominio online y si está registrado en tu país o comunidad.
Si el nombre propuesto está disponible, regístralo. Recuerda que también debes comprar el dominio con el mismo nombre.
Hay numerosos recursos libres como asesoramiento, formación o asistencia.
Recuerda que tu empresa debe ser totalmente legal, por lo que infórmate de tus obligaciones tributarias.
Recoge todos los permisos y licencias que necesites para tu empresa. Al igual que el anterior, no creo que quieras meterte en problemas de ilegalidades.
Si estás trabajando desde casa, es un buen método para que te cubra en caso de robo, incendio, etc. Si es un negocio físico tienes que tener en cuenta que en caso de lesiones eres tu el responsable por lo que tener un seguro contratado es beneficioso para ambas partes.
Selecciona la mejor ubicación para tu negocio, que ofrezca oportunidad de para el crecimiento, un nivel adecuado de competidores a tu alrededor y cercanía de proveedores. También debe ser accesible para los clientes.
Si no estás teniendo ingresos no te preocupes por tener una oficina o almacén, no es algo necesario al 100%. Hay muchas empresas que no necesitan empeñar parte de su presupuesto en alquilar o en comprar una oficina, ni tampoco tienes que pedir un prestamo al banco.
Las patentes pueden ser muy caras. Espera a tener clientes de pago y más o menos fijos. Una patente es menos útil si no se puede cumplir o tener el dinero para llevarlo a cabo.
Lo más probable es que tu idea original tendrá que ser modificada. Se capaz de girar y adaptarte para crear lo que los clientes quieren. Esto determinará el fracaso o el éxito absoluto.
Tu más cercano y querida persona lo más probable es que sea el más honesto contigo acerca de tu empresa. No dudes en buscar sugerencias y consejos.
Al mismo tiempo, hay una diferencia entre la crítica constructiva y la destructiva. No dejes que mine tu moral por ello.
Si tu idea es rechazada por clientes o inversores, no sucumbas a la ira. Averigua que es lo que no les gustaba, haz ajustes y vuelve a ellos cuando hayas hecho los cambios pertinentes.
Si ya tienes nuevos clientes, asegúrate de que son fieles a ti proporcionándoles nuevos servicios o productos.
Siempre ten en cuenta que el éxito no va a suceder en un solo día. Vas a necesitar tiempo y esfuerzo antes de obtener algún beneficio.
Si tienes desacuerdos con tus socios, arréglalos o corta lazos tan pronto como te sea posible. Dentro de un negocio las peleas impiden centrarse en hacer crecer el negocio.
No hables mal de la competencia delante de inversores o clientes. No hay necesidad de ser un objeto de lástima o piedad. De hecho, hablar de esta manera incluso podría hacer que los clientes se pasen a tu competencia. Recuerda, cuando hay competencia hay mercado para tu negocio. Utiliza ese conocimiento como fuente de inspiración y así superar a tu rival.
No hay nada mejor como una buena comercialización anticuada como es el “boca-a-boca”. Deja que tus amigos, familiares y personas influyentes dejen correr la voz acerca de tu producto o servicio.
No tengas miedo de salir y mostrar tu cara al público, ya sea en una conferencia o tomando un café con otro empresario. Sociabilizarse siempre es bueno.