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No se preocupe por el euro; No habrá ningún problema

por Carlos Montero Hace 9 años
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Para muchos analistas y economistas, especialmente en Estados Unidos y el Reino Unido, miran lo que está pasando en Grecia sólo como un síntoma de una crisis del euro en general. Muchas personas culpan a la moneda común del crecimiento económico bajo, la carga de deuda excesiva y el alto desempleo en la periferia de la Unión Europea, y casi todo lo que hay de malo en la economía de Europa. Sin embargo, el euro funciona y a la mayoría de las personas que lo utilizan les gusta, incluyendo a los griegos.

La crisis de deuda, incluso si termina con Grecia abandonando el euro, puede fortalecer, no debilitar, a la moneda común, cree Leonid Bershidsky, columnista en Bloomberg. Tan sólo 15 años después de su introducción, los países y las empresas todavía están aprendiendo cómo utilizarla bien, y los errores cometidos en estos primeros años deben ser motivo de reflexión, no motivos para el pánico.

El euro está ahora tan maltratado que medios de prensa estadounidenses se han burlado de la decisión de Lituania de adoptarlo. Matt O'Brien, del Washington Post, señaló que "Lituania ha saltado oficialmente a bordo del Titanic que es el euro".

En cualquier caso, los lituanos quieren el euro. Antes de que su país adoptara la moneda común, el 57 por ciento pensó que sería bueno para Lituania, e inmediatamente después del cambio, en enero pasado, el apoyo se elevó al 60 por ciento. El euro facilita los viajes de los lituanos y el comercio de mercancías con otros países europeos. Ya no es necesario hacer la molesta conversión de moneda. El tipo de cambio, al final, fue 3,4528 litas por euro.

A parte de facilitar el turismo y el comercio transfronterizo - especialmente para los individuos y las empresas más pequeñas, pero también para las grandes corporaciones que ya no necesitan cubrir los riesgos de divisas - el euro también baja los tipos de interés. Un poco antes de la moneda común, Lituania emitió su primer bono denominado en euros al tipo de interés más bajo en la historia del país, un 2,1 por ciento, y se espera que los costos de endeudamiento bajen notablemente, tanto para el gobierno y las empresas, porque eso es lo que pasó en Letonia, al adoptar el euro en 2014 y debido a que estos costos deben ser inferiores cuando se quitan la el problema de la conversión y el riesgo cambiario.

Los críticos argumentan que el aumento de la capacidad de las naciones periféricas para pedir prestado es un problema institucional, no una ventaja de la moneda común. En un discurso a principios de este mes en Berlín, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis dijo que, debido a los excedentes comerciales en países como Alemania y los Países Bajos, "un tsunami de deuda fluyó de Frankfurt, de los Países Bajos, de París - a Atenas, a Dublín, a Madrid, sin preocuparse por la posibilidad de una devaluación del dracma, la peseta o la lira, ya que todos compartimos el euro, y atraídos por la fantasía del riesgo sin riesgo".

Varoufakis mostró la irresponsabilidad de los prestamistas, como los bancos alemanes, que subestimaron el riesgo de la financiación de los gobiernos y empresas de otros miembros de la zona euro. La ausencia de riesgo de cambio provocó un descenso de la cautela. Pero los prestamistas han aprendido la lección tras tener que asumir grandes quitas de deuda en los activos griegos, chipriotas, irlandeses y españoles, y eso debe hacer que no se equivoquen de la misma manera otra vez.

La crisis de la deuda no fue causada por una arquitectura defectuosa del euro, sino por un fracaso de la gestión del riesgo en las instituciones financieras - el mismo tipo de fracaso que precipitó la crisis de las hipotecas de Estados Unidos.

Finlandia, en serios problemas debido al declive de su industria de pulpa y papel y la decepcionante actuación de su sector tecnológico desde que Nokia perdió su liderazgo mundial en los teléfonos móviles, no quiere salir del euro, a pesar de que una devaluación podría ayudarla. El programa de su nuevo gobierno dice:

"El principal medio para manejar los problemas financieros de un país del euro son las medidas nacionales del país para consolidar la economía y estabilizar las finanzas públicas. Si estos medios no son suficientes, los medios secundarios son la implementación de la responsabilidad de los inversores."

Si todos en la zona del euro adoptaran este punto de vista - y la mayoría de los gobiernos parecen estar de acuerdo con él - el euro no fracasará, a pesar de que algunos "prestamistas irresponsables", parafraseando a Varoufakis, todavía puedan recibir golpes en su línea de flotación. Eso sería un problema para ellos, pero no para la mayoría de los europeos, para quienes los beneficios de una moneda común son mayores que los costos, y no para los bancos centrales, que necesitan el euro como un contrapeso al todopoderoso dólar."

 

Fuentes: Leonid Bershidsky


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