Hace solo una semana, el escenario era muy distinto, las bolsas europeas se mostraban optimistas ante un desbloqueo de las negociaciones entre Grecia y sus acreedores son subidas que llegaban al 4%. Grecia aceptaba modificar el IVA y las pensiones, lo cual era leído como toda una señal de cesión de terreno en pos de un acuerdo.
Pero en siete días el escenario cambio radicalmente. Daniel Pingarrón, analista de IG España comentó que “los mercados han desandado el tramo que avanzaron la semana pasada, pasando de dar cerca de un 80% de probabilidades al acuerdo a menos de un 50%”, sin embargo, aclaró que “todavía estamos lejos de un Grexit irreversible”.
Queda aún por ver cómo avanzarán las negociaciones durante esta semana. Por un lado, Atenas ha mostrado un exceso de táctica que ha generado importantes reacciones como la expulsión de Yanis Varoufakis de la reunión del Eurogrupo el sábado 27 de junio.
Por otra parte, aunque hay algunas otras variables que indicarían que el acuerdo podría llegar a alcanzarse. El gobierno de Grecia estaría dispuesto a aceptar la propuesta si la ciudadanía da su convalidación mediante un referéndum, aunque no hay atisbos de que ello pueda llevarse a cabo en el corto término. Las encuestas apuntan a que la opinión pública del país heleno se incline en favor de la propuesta, teniendo en cuenta que ya están atrapados en un “corralito”.
A las instituciones acreedoras les alcanzaría con extender la oferta una semana más, en lugar de dar por terminado el asunto el último día de junio. El voto favorable de la población le daría además cierta legitimación y cierta base de solidez, por encima de la aceptación del Gobierno, que podría verse obligado a dimitir, si el pueblo griego no acompaña su postura y la desautoriza con su voto.
Con este marco de situación, Grecia, un país desprovisto de materias primas y carente de industria o tecnología con proyección de exportación, le resulta poco favorable no pagar la deuda, quebrar y volver a una moneda hiper-devaluada. Además, los acreedores prometen un paquete atractivo que incluye un plan de inversiones o la opción de negociar en el futuro una reestructuración de la deuda cuando haya que sentarse a la mesa de discusiones en los próximos meses. A los acreedores tampoco les entusiasma la idea de no recuperar el dinero otorgado a Grecia en concepto de préstamos en los últimos años ni tampoco les convence el carácter reversible del euro, cuando sería suficiente con no quebrar las negociaciones el 30 de junio.
Por lo tanto, y pese al último giro dramático, “un final feliz es aún posible”, en palabras del analista de IG España. “El mantenimiento del ELA por el BCE, o la intervención de Obama, también lo apoyan”, sostiene Pingarrón y agrega “los mercados han volatilizado hoy (28/06/2015) el optimismo que mostraron durante la semana pasada, con una precisión casi matemática. Pero eso es todo. La cotización del euro sigue estando bastante sosegada, y la rentabilidad de la deuda europea no ha tenido ningún movimiento inédito en las últimas semanas”.
Por ahora, la negociación no se ha cerrado, y dentro de exactamente siete días, podríamos estar ante un nuevo escenario con precios muy diferentes al cierre del lunes 28 de junio, exactamente como ocurrió el lunes 22 de junio.
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