No iba descaminada nuestra apuesta de hace siete días al pensar que la volatilidad iba a ir en aumento. El VIX, efectivamente, superó el nivel de los 15 puntos, que había venido siendo un "techo" en abril, mayo y junio y cerró el pasado viernes cerca de los 17 puntos, amenazando con seguir su escalada en el verano.
La complicada situación de Grecia no ha sido la única causa de la creciente volatilidad. También han influido las noticias procedentes de China y, en particular, el fuerte descenso de la Bolsa de Shanghai, que ha entrado en caída libre tras una subida vertical en abril y mayo muy impulsada por la especulación de una multitud de inversores minoristas convencidos de que el Gobierno chino hará que la Bolsa suba. Esos inversores han utilizado hasta extremos poco recomendables la financiación para comprar valores (margin) que les dan los propios brokers chinos.
El pasado 25 de mayo dedicábamos nuestro Gráfico a la Bolsa de Shanghai bajo la pregunta ¿Bolsa o casino? y aludíamos a los sorprendentes movimientos de algunos valores cotizados, como Hanergy o Goldin.
Estas dos últimas semanas la "montaña rusa" se ha trasladado al propio índice Shanghai Composite que, tras un inicio de semana en el que había ido alternando sesiones de fuertes subidas con otras de fuertes bajadas, rompió a la baja en la sesión del jueves el nivel de los 4.000 puntos, tras caer un 3,5% y bajar otro 6% adicional en la sesión de cierre semanal del viernes. El Shanghai Composite marcó su máximo anual en los 5.178 puntos y ha caído casi un 30% en las últimas tres semanas.
Tras la rebaja de tipos por el People's Bank of China del anterior fin de semana, que es la cuarta desde noviembre, el miércoles el regulador chino (China Securities Regulatory Commission) relajó las normas sobre colaterales para operar a crédito, pero no sirvió de nada ya que hubo nuevas caídas. En la sesión del viernes la noticia de que el regulador podía estar investigando posibles manipulaciones del mercado provocó mayores nervios a los inversores.
Estos vaivenes parecen estar haciendo mella en la fe ciega de muchos inversores minoristas chinos en la capacidad del Gobierno para hacer subir la Bolsa a su antojo, una muestra más de ese "capitalismo de Estado" que caracteriza a la economía china.
Lo interesante es que hasta ahora la principal razón para comprar era que se pensaba que las subidas continuarían, pero si no hay nadie a quien vender, porque se ha perdido el "momentum" alcista, no hay motivo para comprar. Habrá que ver si la iniciativa, conocida este mismo fin de semana, de 21 brokers chinos que van a invertir ciento veinte mil millones de yuanes en un Fondo de Estabilización del Mercado sirve o no para devolver a los "animal spirits" a los inversores chinos.
Es difícil que en la muy teledirigida economía china algo quede fuera de control, pero los movimientos que estamos viendo en la Bolsa de Shanghai no nos gustan y nos pueden estar indicando una fase correctiva de mayor alcance en el Shanghai Composite, con posible contagio a otras Bolsas.
Siguiendo la vieja máxima de "no coger en el aire un cuchillo que cae" evitaríamos entrar en la Bolsa china reiterando así la recomendación que hacíamos en nuestro Gráfico semanal del pasado 25 de mayo.
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GRÁFICO DEL SHANGHAI COMPOSITE EL ÚLTIMO AÑO