Algunos indicadores entran en terreno negativo La productividad cae y suben las valoraciones de los activos. Las acciones cuentan con «valoraciones razonables» en comparación con los bonos. La renta variable europea y japonesa se ven beneficiadas. Los mercados emergentes están protegidos frente al impacto de la normalización de la política monetaria de la Fed. Según el informe del BlackRock Investment Institute (BII) sobre las perspectivas de inversión para la segunda mitad de 2015, debido al cambio en la política monetaria estadounidense, los fundamentales —tales como la productividad y el crecimiento de los beneficios—deberían recuperar protagonismo como motores de la rentabilidad de las inversiones y algunos indicadores clave han entrado en terreno negativo. El informe para la segunda mitad del año, «De camino a la normalización» (Nearing Normal), ofrece una visión actualizada sobre las principales hipótesis económicas del BII e ideas de inversión más importantes para 2015, un año hasta ahora caracterizado por la divergencia en las políticas monetarias de los bancos centrales y en los precios de los activos a escala mundial.
Entre los «indicios negativos» identificados por el BII, se encuentra el descenso de la productividad, que afecta a las tasas de crecimiento, a las políticas monetarias y, en última instancia, a los
márgenes empresariales. «Las elevadas valoraciones en algunos mercados y la incertidumbre sobre el ritmo al que normalizará su política la Reserva Federal requieren prudencia y una cuidadosa selección por países, sectores y activos —comentó Ewen Cameron Watt, director global de estrategias de inversión de BlackRock—. Compensamos esto con la convicción de que los mercados alcistas suelen durar mucho más de lo esperado y, con ello, el correspondiente riesgo de perderse oportunidades».
Entre los activos que actualmente presentan valoraciones muy elevadas se encuentra la deuda pública, que ronda precios récord, apunta el BII. «Las valoraciones de la renta variable desarrollada se mantienen en la media, con el mercado estadounidense a la cabeza —confirmó Cameron Watt—. La volatilidad de los bonos y las divisas ya ha aumentado, y esperamos presenciar esta tendencia también en las acciones. Esto podría suponer un desafío para las estrategias tradicionales de diversificación a través de bonos y acciones.
Los mercados europeos se han visto perjudicados por el "no" de Grecia, lo que oculta otros aspectos más importantes para el segundo semestre, como la baja productividad y los escasos márgenes empresariales por un lado, y el auge de las fusiones y adquisiciones por otro».
Los mercados anticipan el fin de los tipos cercanos a cero
El BII prevé que la Reserva Federal estadounidense aumente sus tipos cortos en otoño, y que el Banco de Inglaterra siga el mismo camino en noviembre de 2015 o febrero de 2016. Las políticas
monetarias seguirán siendo más acomodaticias en el resto de regiones: se espera que el Banco Central Europeo (BCE) mantenga su programa de compra de activos hasta septiembre de 2016, que el Banco de Japón continúe con su programa de relajación cuantitativa y que el Banco Popular de China siga aplicando cada vez más medidas de estímulo en el país.
Según el BII, «resulta un poco precipitado declarar el fin de las políticas de expansión a escala mundial, pero merece la pena planteárselo, ya que los mercados tienden a adelantar acontecimientos».
Esto sugiere que los inversores pronto pasarán de centrarse en las políticas de los bancos centrales a otros fundamentales de inversión.
El despertar de los mercados globales de renta fija
El BII destaca que la inquietud de los mercados sobre la primera subida de tipos por parte de la Fed en nueve años está despertando a los mercados de renta fija, adormilados por la complacencia
de casi una década de tipos cercanos a cero y dosis regulares de relajación cuantitativa.
¿Cómo reaccionarán los mercados de bonos cuando la Fed comience a normalizar su política? «Probablemente, una subida de tipos en septiembre afectará a los bonos con vencimientos cortos —afirmó Russ Koesterich, director global de estrategias de inversión de BlackRock—. No obstante, cualquier subida de los tipos largos debería verse atenuada por la avidez de rentabilidad de los inversores».
En la zona euro, la «generosidad» del Banco Central Europeo ha provocado el desplome de los rendimientos de la renta fija. «Aunque los países que anteriormente arrojaban rentabilidades interesantes, como España, ya no ofrecen demasiado valor absoluto, siguen existiendo oportunidades, como la deuda pública portuguesa con vencimientos largos y la deuda bancaria subordinada», añadió Koesterich.
La subida de tipos amenazará a algunos títulos y beneficiará a otros
En general, las acciones parecen presentar valoraciones razonables en comparación con los bonos, si bien el BII advierte sobre la «renta variable estadounidense con valoraciones excesivas»,
especialmente ante el contexto de subida de tipos en el país. «El impacto de la subida de tipos supondrá una amenaza para las clases de activos con reparto de dividendos y volatilidad reducida en EE. UU., tales como las empresas de suministros públicos, los fondos de inversión inmobiliaria y el consumo básico, mientras que beneficiará a los bancos, ya que el crecimiento de la concesión de préstamos tiende a aumentar en paralelo», declaró Koesterich.
Aunque la renta variable europea ha dejado de estar barata, las previsiones de beneficios finalmente empiezan a aumentar «gracias a la debilidad del euro, a la flexibilidad de las condiciones para la concesión de préstamos facilitadas por las compras de bonos del BCE y a las señales del crecimiento del crédito», comentó Koesterich.
En Asia, el BII prioriza la renta variable japonesa dado que la debilidad del yen está impulsando las previsiones de beneficios, mientras el aumento de los dividendos y la recompra de acciones están ofreciendo un apoyo adicional.
En general, «la renta variable asiática (Japón excluido) está en la cúspide de un repunte a largo plazo impulsado por las buenas valoraciones, la flexibilidad de las condiciones financieras y el dinamismo de las reformas que tienen como objetivo liberalizar economías como la india y la china», comentó Cameron Watt. «El reciente repunte en el mercado chino de valores de pequeña y mediana capitalización impulsó las valoraciones a niveles propios de una burbuja. Por tanto, preferimos las acciones chinas cotizadas en Hong Kong, esto es, las acciones H».
Los mercados emergentes están en mejor forma: que empiece la dispersión
Según el BII, los anteriores ciclos de normalización de la política monetaria de la Fed desencadenaron crisis en los mercados de deuda emergentes. Sin embargo, hoy en día este universo se encuentra mejor preparado, con menos deuda externa, unos mercados financieros con más profundidad y más margen para aplicar medidas de estímulo.
«Las acciones de los mercados emergentes se encuentran en niveles razonables, pero no son una oportunidad manifiesta. Cuando parecen baratas, suele ser por un buen motivo—apuntó Cameron Watt—. Entre los principales riesgos de los mercados emergentes se encuentran el crecimiento anémico de las exportaciones y la caída de la productividad. Preferimos los bonos denominados en divisas fuertes frente a los denominados en divisa local, ante la apreciación del dólar estadounidense frente a muchas divisas emergentes, y priorizamos países que estén aplicando reformas y con una inflación a la baja».
Ideas de inversión del BII para la segunda mitad de 2015