El peso se sigue hundiendo. En este espacio ya explicamos –además de la manipulación de los mercados- la razón fundamental por la que los precios de las materias primas como el petróleo, el oro, la plata, etc. y el valor de las divisas de países emergentes, tenderán a seguirse depreciando hasta, quizá, inflar una nueva burbuja en el dólar.
De manera que las cosas no lucen nada bien para el peso y la economía nacional. Ello, a pesar del optimismo de quienes se creen el cuento de que, si la Fed sube las tasas de interés, será porque el crecimiento de Estados Unidos será dinámico y eso “jalará” el nuestro.
Ante esas adversidades muchos se preguntan qué deberían hacer las autoridades financieras y monetarias.
Es una pena pero existe un grupo nutrido de analistas del “mainstream” que claman por una mayor intervención de la Comisión de Cambios (Secretaría de Hacienda y Banxico) en el mercado para “detener” o “suavizar” la subida del dólar. Pese a ello, la realidad es que dicha Comisión –que preside Luis Videgaray- debería sacar las manos del mercado cambiario, no meterlas más.
Como sabe, desde el 9 de junio Banxico ofrece cada día 52 millones de dólares mediante subastas sin precio mínimo, además del otro mecanismo de subastas –vigente desde el año pasado- que consiste en ofrecer cada día 200 millones de dólares a un tipo de cambio mínimo equivalente al FIX del día hábil inmediato anterior, más el 1.5 por ciento.
De manera oficial se pretende dar “liquidez” al mercado, pero de lo que en realidad se trata es de contener el alza del billete verde por decisión política. Mal hecho. Lo único que consiguen es quemar reservas inútilmente, pues el problema no es de falta de oferta sino de una creciente demanda, y ambas fuerzas, deben fijar los precios en absoluta libertad.
La cura para el dólar caro es el dólar caro, porque es lo único que atraerá de manera natural mayor cantidad de dólares como lo demandan los inversionistas. A determinada cotización los dólares saldrían incluso por “debajo de las piedras”. Tratar de frenar la depreciación sólo la prolonga más en perjuicio de todos aquellos que tienen que realizar sus operaciones en moneda extranjera, como los importadores, viajeros y quienes tienen deudas en dicha divisa, entre otros.
El dólar tiene que subir lo que tenga que subir, del mismo modo que se permitió la libre apreciación del peso hasta inflarse en la burbuja que ya reventó.
Hacienda y Banxico pues, tienen que dejar de intentar manipular el mercado.
Hacienda mejor debería ocuparse en recortar más el llamado Presupuesto Base Cero, pues ni con él se alcanzará todavía el equilibrio fiscal en 2016. Además, debería proyectar recortes mayores al presupuesto federal en lo que queda del sexenio para luego bajar los impuestos. Es el gobierno, no la gente, quien debe apretarse el cinturón. Asimismo, debería planear una apertura total de la economía mexicana, pues urge atraer inversión y generar crecimiento.
Banxico por su parte debería dejar de aniquilar a los ahorradores, comenzar a subir ya su objetivo de Tasa de Interés Interbancaria a un día, y la Comisión de Cambios dejar de meterle mano al alza del dólar pues como ya vimos, resulta contraproducente.
Como nada de lo aquí propuesto se piensa hacer –por desgracia-, esperar que el peso y la economía mexicana mejoren no pasará de ser un buen deseo. Cuidado con creerse el discurso oficial.