El Dow, a cuyo "cansancio" nos referíamos en esta sección la semana pasada, ha logrado terminar la semana cerca de los 17.500 puntos, gracias a la remontada de las dos últimas sesiones semanales, y tras haberse acercado peligrosamente a los 17.000 puntos en la primera parte de la sesión del miércoles. El dólar a la baja y el buen dato de ventas minoristas de julio han tenido, sin duda, mucho que ver en la recuperación del Dow, que ha logrado cerrar la semana con una subida del 0,6% pese a lo cual en el año baja casi un 2%. Seguiríamos esperando a ver si el S&P rompe o no su media de 200 sesiones para tomar posiciones en el Dow.
La decisión de la semana ha sido la devaluación del yuan por las autoridades chinas y una víctima muy directa de esa devaluación es, sin duda, la gran industria exportadora alemana. No es de extrañar que la cotización de empresas como Daimler, BMW, Thyssen o Volkswagen haya experimentado fuertes caídas semanales.
El gráfico que adjuntamos muestra como, tras el espectacular primer trimestre, que llevó al Dax a subir casi un 25% en los primeros días de abril, el selectivo alemán entró en una fase clara de corrección hasta primeros de julio. En julio y agosto ha intentado en varias ocasiones, despegar de nuevo, sin que hasta el momento lo haya conseguido. El último obstáculo que ha impedido ese despegue ha sido la devaluación del yuan, pero tampoco ayuda la debilidad de la zona euro que, tras un prometedor crecimiento económico en el primer trimestre, parece estar desacelerándose.
En cierto modo las tres razones que motivaron el espectacular inicio del año del Dax siguen ahí. El petróleo está incluso más bajo que en enero, el euro también y los tipos de interés siguen en niveles anormalmente bajos. Todo ello debería favorecer a la zona euro y a su principal economía, la alemana.
Pero, como ya se viera en el agitado verano de 2011, el Dax es el índice europeo más sensible a las dudas sobre el crecimiento global, al ser las empresas que lo componen netamente exportadoras en su mayoría. En un entorno en el que China y los emergentes están sufriendo, y en el que varias economías de la zona euro, entre ellas Francia, no acaban de despegar, el Dax sufre.
A la vista del gráfico, la primera recomendación que surge es mantenerse al margen o incluso vender futuros del Dax o comprar opciones put, ya que en los últimos intentos de rebote no ha habido fuerza alguna. No obstante, la reacción de las Bolsas americanas en la sesión de cierre semanal del viernes nos hace pensar en un rebote táctico a corto plazo.
Si ese rebote se produjera, una estrategia que puede ser interesante es vender futuros en niveles algo superiores, pero cubriendo los riesgos mediante la compra de opciones call con "strike" fuera del dinero. De esta forma limitamos el riesgo alcista y nos beneficiamos de una eventual ruptura a la baja. O bien comprar opciones put también fuera del dinero. En ambos casos con vencimiento septiembre.
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GRÁFICO DE LOS FUTUROS DEL DAX EL ÚLTIMO AÑO