Los acontecimientos de los últimos meses no hacen más que reforzar el entorno deflacionario, de bajo crecimiento global, de bancos centrales del G10 mega-dovish, de tasas de referencia negativas y partes largas de curvas de yield colapsadas o sea, una coyuntura que parece provenir de un cuento extraterrestre de Júpiter que sigue justificando lo que parecería ser una reflación eterna. Los malos datos se festejan, los buenos se lamentan y esto viene ocurriendo desde el 2009, una verdadera eternidad. En medio de esto tenemos el hike de tasas más anunciado y anticipado de la historia al punto tal que este mercado perdió por completo su capacidad de sorprenderse.
Hace tiempo ya que el mercado está priceando lo siguiente: “el prolongado rally en la curva soberana de bonos americanos corresponde a un re-pricing en la estancia acomodativa no sólo de la Reserva Federal sino de los principales bancos centrales del mundo, que durará probablemente más de lo inicialmente esperado y con ello se refuerza el sentimiento reflacionante que ha caracterizado al comportamiento de los mercados accionarios del planeta en este último tiempo”. Pero recuerden, siempre hedgeados con un put bien out-of-the-money que nos provea de black-swan protection, nadie sabe bien que cazzo está pasando en China.
Con esta dinámica de yields instaurada a nivel mundial, el mercado nuevamente deberá preguntarse si es posible imaginar al S&P y otros índices accionarios similares (excluido emergentes), pudiendo seguir quebrando una y otra vez máximos para un mercado que alegremente escucha a los principales centrales del mundo sonando eternamente dovish y festeja en consecuencia. El colapso en las curvas de yields causada intencionalmente por los bancos centrales es una invitación a no invertir en bonos y a gastarte la montaña de fiat-money emitida en cualquier otra clase de activos para seguir con este proceso de inflación de activos financieros instaurada desde inicios del 2009.
La realización de estos hechos quizá nos obligue a imaginar un mundo al que le quedan muchos años más de una implacable condescendencia monetaria basada en el temor exagerado quizá de los centrales al riesgo deflacionario y recesivo y al de dejar que la economía cicatrice sola generando una contracara bien ácida y conflictiva: riesgo a burbujear por el aire. Desde el 2008 se instauró esta noción tan aceptada hoy en día de capitalismo asistido en donde ante la menor debilidad económica se te plantan los centrales con estancia mega-acomodativa. No sé si el periodo 2007/2015 quedará en los libros como uno de crisis o como uno de histórica, eterna y por momentos incomprensible y peligrosa laxedad monetaria, que prolongará por mucho más tiempo de lo que creíamos un bull market en el mercado de renta fija y acciones mundial. El tiempo dirá si esta alquimia dovish terminará siendo estable o no, recuerden que esto es política monetaria no convencional y por ende un experimento no probado tal como Bernanke sugirió años atrás.
En el planeta de los doves, el menos dove termina siendo el hawk, y claramente en este contexto la Fed resulta el Banco Central hawkish relativo a Europa y Japón, aun cuando sabemos que la Fed de Yellen en el absoluto es enormemente dovish. Formidable burbuja potencial en renta fija del G10 es la que estamos presenciando aun cuando a nadie parezca importarle todavía. Clara guerra de yields y monedas en el G10 frente a un mundo en el que el empleo no abunda y en el que las presiones deflacionarias son cada vez más acentuadas. Para sorpresa de muchos y me incluyo en este grupo, se hace difícil encontrar una 10yr yield de países relevantes por sobre el 2% y no quiero comentar las 10yr yields soberanas de Alemania y Japón que rondan ya lo ridículo y esto denota la enorme presión recesiva y deflacionaria de estos bloques. Lejos quedaron ya aquellos días de mayo del 2013 en donde Ben Bernanke comenzó a insinuarle al mercado que se venía el Tapering de QEIII con el selloff de yields que dicho anuncio generó.
En este contexto mega-dovish a nivel global, el entorno reflacionante se mantiene más vivo que nunca y en este marco será difícil convencer a los bulls de que el S&P no pueda seguir quebrando máximos y ni hablar del équity europeo, si bien no descarto que aparezcan de vez en cuando días como el 24/8 pasado, con selloffs globales que justifiquen siempre ex-ante estar comprado puts como seguros. Los principales centrales del mundo intentan defender un bastión casi incuestionable de los últimos tiempos: sustentar a raja-tabla el rally de los mercados de acciones y con ello reforzar al máximo el efecto riqueza que se intenta obtener vía reflación de activos.
Conclusión: con suba o no de tasas de la Fed, el trade parecería ser el mismo de los últimos años: largo équity del G10 aunque esta vez reforzaría un hedge parcial con puts out-of-the-money por si se vienen con mayor frecuencia días como el black-monday del 24/8. Insisto, no creo que lo de China haya terminado aquí.