A corto plazo las Bolsas españolas sufren el riego político de las elecciones catalanas del domingo y también de las generales de diciembre, es decir, si suben todas las Bolsas, subirán menos y si bajan, bajaran más. A medio plazo, aún se pueden ver nuevos mínimos, pero con un poco de suerte el rebote definitivo podría estar próximo, siempre que no se derrumbe Wall Street.

Otra mala semana, típica de septiembre. Tras el vencimiento de derivados (triple hora bruja) del pasado viernes, las manos fuertes siguen vendiendo y las Bolsas siguen cayendo. Los motivos siguen siendo los mismos: la crisis económica de China y de los emergentes y la debilidad técnica de Wall Street, incrementadas por el mensaje titubeante de la Fed en su reunión de la semana pasada. La Fed no toco los tipos y Janet Yellen dio a entender que aún tardará en subirlos (ambas cosas muy buenas para las Bolsas), pero su pesimismo sobre la economía global ha asustado, y mucho, a los inversores. Además, en este entorno de debilidad, las Bolsas españolas están peor, pues hay que añadirles el riesgo político por las elecciones catalanas de este domingo y también por las generales de diciembre.

El Ibex 35 ha llegado hasta el fondo de la zona de soporte del entorno de los 9.500 puntos a la espera de los resultados de las elecciones en Cataluña de este domingo. Aunque aún se pueden ver nuevos mínimos, probablemente próximos, con un poco de suerte el rebote definitivo podría estar cerca siempre que no se derrumbe Wall Street en octubre. A estos niveles ya se pueden empezar a tomar posiciones en algunos valores.