Tratar de conquistar la Tierra Media sin la ayuda de los elfos es más fácil que realizar una cruzada pontevedresa en territorio mediterráneo, sobre todo cuando el protagonista no se parece ni de lejos a Aragon, ni los enemigos son tan tontos como los orcos.

Hacer hipótesis según las cuales, después de perder una batalla, se va a ganar la “madre de todas ellas”, cuando las huestes están heridas y desmoralizadas y los enemigos han comprobado que ladras pero no muerdes, es bastante difícil, cuando no imposible.

No sé cuántos anillos usa el Sr. Rajoy, aparte de los que tiene a la vista, pero sí que estoy seguro de que hay muchos “orcos” buscando hacerle unos cuantos “piercings” donde más duele. Y si a los demás no nos doliera, pues casi nos daría lo mismo, pero el problema es que el empecinamiento del Sr. Rajoy en mirarse al espejo y decirle “espejito, espejito, ¿quién se parece más a Aragon?”, nos va a costar mucho dinero a todos los españoles.

El Sr. Rajoy apela al voto útil, pero ese voto es el que nos ha costado una barbaridad en impuestos y en desempleo durante su “gloriosa” legislatura. Ha intentado arreglarlo al final, pero ha sido insuficiente, y sobre todo, ha creado una “duda razonable” en relación a qué parte de su programa electoral cumplirá esta vez, si es que piensa cumplir algo.

Lo peor de todo es que el Sr. Rajoy siempre que se pone delante del espejo cree oír la misma respuesta: “tú, Mariano, sólo tú”. Y esa connivencia con su espejo es probablemente lo que le hace más daño, sobre todo por el hecho de que, como es bien sabido, el Sr. Rajoy no hubiera conseguido el cetro de la Tierra Media sin la ayuda de los enanos, y ahora mismo, el jefe de estos está muy enfadado con él, y lo dice abiertamente.

Por su parte, en el pasado se enemistó con el líder de los elfos, al que consideró como alguien muy inferior a su nivel, y al cual no necesitaría nunca para lograr sus objetivos. Y los elfos tienen sus defectos, pero saben estar donde tienen que estar cuando es necesario, y además tienen muy buena memoria; y si se les necesita, te lo hacen pagar muy caro, y si no, que se lo digan a la Sra. Cifuentes.

Y si le quitamos los elfos y los enanos, el ejército de “hobbits” puede que no sea suficiente para derrotar a los orcos, a pesar de que últimamente se hayan apuntado a “Mira quién baila”. Además, cuando se está librando una batalla, es preciso tomar decisiones rápidas, y eso no es precisamente el fuerte del Sr. Rajoy.

No sabemos lo que pasará el veinte de diciembre, pero parece que, al igual que ocurría en Perbes, hay jugosas partidas de dominó en Pontevedra, y para eso no hace falta saber inglés, por lo que auguramos un plácido retiro del guerrero a nuestro augusto prócer (le dejaremos que se lleve el espejo).