En poco más de un mes, el Gobierno deberá fijar de nuevo el salario mínimo interprofesional para el año 2014, previsiblemente mediante el tradicional Real Decreto que cada año establece su cuantía. Así, el anterior Real Decreto 1717/2012, de 28 de diciembre, fijó el salario mínimo interprofesional para 2013 en España en 21,51 euros/día o 645,30 euros/mes.
En este sentido, parece oportuno señalar que el pasado 28 de junio de 2013 el Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo pública la última Encuesta Anual de Estructura Salarial en relación a la ganancia media anual por trabajador del año 2011, la cual ascendía a 22.899,35 euros brutos, lo que supone una media de 1.908,27 euros brutos/mes. Cifra relevante pero habitualmente ignorada para la fijación de un salario mínimo digno.
Según estos datos, España sigue incumpliendo (aún después del apercibimiento recibido por instancias europeas en 2010) lo establecido en el artículo 4.1 de la Carta Social Europea, ya que según el Comité Europeo de Derechos Sociales, que vela por el cumplimiento de la Carta Social Europea por parte de los países miembros, el salario mínimo debe fijarse al menos en una cuantía equivalente al 60% de la media salarial, por lo que llevado a España, el salario mínimo debería estar fijado al menos en 1.144,96 euros brutos, es decir, España debería aumentar por tanto el actual salario mínimo interprofesional aproximadamente en 499,66 euros/mes, que hablando en términos porcentuales, debería aumentar en un 77%, o dicho de otro modo, el salario mínimo actual en España se sitúa un 43,6% por debajo del nivel exigido por el Comité Europeo de Derechos Sociales en relación con lo exigido por la Carta Social Europea.
No obstante y lamentablemente el salario mínimo interprofesional en España depende de un Gobierno que ha apostado por una reforma laboral que fomenta la precarización de las relaciones laborales a través de modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo, entre las que se encuentran: jornada de trabajo, horario y distribución del tiempo de trabajo, régimen de trabajo a turnos, sistema de remuneración y cuantía salarial, sistema de trabajo y rendimiento, funciones, entre otras y por supuesto mediante una enorme flexibilidad en relación con la realización de los despidos, que finalmente ha desembocado en el aumento de 390.921 desempleados desde noviembre de 2011, según datos oficiales del Servicio Público de Empleo.
En definitiva, parece relevante recordar que en poco más de un mes el Gobierno volverá a fijar el salario mínimo interprofesional para el año 2014. Un Gobierno que dice defender a las familias, se olvidará con toda seguridad de su único sustento, pues la estabilidad en el trabajo y un salario digno resulta incompatible con la reducción indigna e ilimitada de sus salarios, que no solamente esos trabajadores, sino sus familias e hijos verán reducida su ya mermada calidad de vida. La dignidad en el trabajo y en la vida de los trabajadores y sus familias, es por tanto, un ejercicio de política social que debe amparar especialmente a las familias en riesgo de pobreza y exclusión social.