A la luz del cisne negro al revés del pasado domingo, posiblemente resulte saludable pensar en el mediano plazo y en especial en economía real argentina que ha venido muy castigada desde hace largo tiempo, digamos tres años vista y en este sentido me permito preguntar:
Tiempo atrás planteaba cuánto valor podría haber sobre la mesa para Argentina si su tasa de descuento bajase digamos 500 puntos básicos. Parte de ese recorrido ya se dio en bonos, pero obviando detalles y tecnicismos e intentando mirar el bosque, vamos a hacer algunos números.
El objetivo del presente artículo simplemente es concentrarse en una imagen muy global y genérica para Argentina partiendo de la base de que cualquier flujo de fondos a diez años vista por ejemplo, descuenta aproximadamente al 8% cuando un activo equivalente en Chile lo hace aproximadamente al 2.5%. Se hace difícil imaginar un país que pueda mantenerse establemente a una tasa de descuento del 8% in-eternum en especial cuando Alemania rinde debajo de 0.50% y Japón al 0.30% y eso a la luz de lo acontecido el pasado domingo, me pone otra vez optimista Argentina a pesar de un contexto para emergentes mucho más complicado que en 2014 y aun cuando su macroeconomía tiene muchas preguntas que responder en el futuro cercano: inflación, política monetaria, brecha cambiaria, crecimiento, energía, estabilidad fiscal y de cuentas externas, stock de reservas, los cuales son interrogantes muy significativos que sin dudas cargarán de incertidumbre a cualquier activo que se pretenda valuarse en este bendito país.
Pero en un mundo de tasas colapsadas, comprar activos que descuentan con un piso de 8% cuando muchos de sus pares sudamericanos lo hacen aproximadamente al 5% pone a los mismos en una situación de sustancial abaratamiento relativo. Simplemente hagamos un cálculo básico y hasta primitivo pero me lo permito a mediano plazo: supongamos que un activo argentino genera una renta constante a veinte años vista y que su tasa interna de retorno es actualmente 8%. Una baja en la prima de riesgo del 8% al 5% generaría un retorno del 27%, por citar un mero ejemplo y capturar la idea general. Yo no subestimaría el viaje bullish que se puede pegar la deuda argentina si se convalida el escenario electoral del domingo pasado ante una inminente liberación del cepo y finalización del conflicto con los holdouts.
Insisto, a pesar de lo complicado que hoy en día está el mundo emergente y de lo barato que quedó Brasil (aspiradora potencial de dólares en algún momento durante los próximos 18 meses), Argentina bien puede hoy estar ofreciendo un bargain relativo en la medida que uno esté dispuesto a obviar el cortísimo plazo. Armar una posición en Argentina referida a proyectos reales puede ser una de las formas de jugar el sustancial cambio que posiblemente ocurra en el país y el repricing que dicho evento implique.