Ayer me enviaba un correo un antiguo compañero hace ya algunos años, que trabaja ahora como gestor de cuentas para un banco americano, mostrándome su inquietud porque hay algo que no termina de entender del mercado. Decía así:
“Los resultados empresariales en gran parte de occidente están siendo claramente decepcionantes. Llevamos ya varios trimestres de caídas y las previsiones no parecen ser más positivas. A nivel macro vemos como se reduce el crecimiento en China, Japón entra en recesión, el BCE se plantea nuevas medidas de estímulo porque la recuperación está perdiendo fuerza, y en EE.UU. se retrasa la primera subida de tipos por el mismo hecho. A nivel geopolítico la crisis migratoria en Europa, a parte de un drama humano, afectará los presupuestos de muchos países de la zona euro. Los conflictos en Siria, Irak y Afganistán no se reducen. El terrorismo sigue asolando el mundo. Por el lado de los fundamentales corporativos las compañías cotizan con ratios exigentes y por encima de sus medias históricas. Todo esto debería dibujar un escenario poco atractivo para las bolsas, sin embargo, las correcciones son muy leves, y la comunidad de analistas parece que en lo único que está de acuerdo es en recomendar tomar posiciones en las caídas. Hay algo evidentemente que no cuadra.”
Así se pronunciaba mi amigo y no le quito razón, excepto en lo de que todo el mundo está de acuerdo en tomar posiciones en los descensos. No es mi caso, no al menos en el mercado americano.
Llevo algunos meses advirtiendo que diversos indicadores económicos adelantados anticipan con una alta probabilidad una recesión en EE.UU. en los próximos dos-tres años. La situación se agravaría porque la Reserva Federal de EE.UU. estaría muy limitada a la hora de aplicar medidas de estímulo monetario al estar los tipos en niveles bajos históricamente –se estima que en ese periodo los tipos federales estarían entre el 2,5-3%.
Evidentemente esto es incompatible con un mercado alcista en la renta variable estadounidense, y probablemente en el resto de desarrolladas.
Algo que me gustaría destacar es que gráficamente el índice global de acciones está mostrando claras divergencias bajistas. Como vemos en el gráfico adjunto elaborado por Short Side of Long, el tanto por ciento de indicadores de renta variable a nivel global que se sitúan por encima de sus medias de 200 sesiones es de menos del 10%.
¿Qué significa esto?
Técnicamente la media de 200 sesiones es la que separa las tendencias alcistas y bajistas. Si el activo se sitúa por encima se encontraría en fase alcista y al contrario. Por tanto, estaríamos hablando que el 90% de los índices a nivel global están ya en fase bajista. Únicamente la fortaleza de la renta variable americana, con mayor peso en el índice general, impide que éste se encuentre en la misma fase que la gran mayoría de la renta variable global.
Ayer le hice a mi amigo la misma reflexión, y aún entendía menos porque la gran mayoría de los analistas siguen recomendando comprar en correcciones. Sinceramente, yo tampoco.