Tener mucho dinero no nos hará felices. De la misma manera, siempre y cuando tengamos suficiente dinero para nuestras necesidades básicas, tener poco dinero no nos hará infelices. El dinero, en sí mismo, no tiene ese poder. Pero la forma en la que gestionamos el dinero puede hacernos infelices de manera progresiva o elevarnos a un estado de satisfacción profunda.
Este es el mejor consejo sobre el dinero que he oído para lograr una vida equilibrada y satisfactoria.
El credo se expresa fácilmente (vía The Montley Fool): ahorra algo, gasta algo y da algo.
Así de simple.
1. Ahorra algo
Ahorra un poco. No importa cuánto se gane, gaste menos de lo que reciba y ahorre el resto, ese es una un gran paso para lograr la sensación de que todo está bien en el mundo.
Cuando crecen los ahorros, crece nuestra sensación de satisfacción. Con una buena base de ahorro, podemos encontrar maneras de hacer que el dinero gane dinero por sí mismo. Nuestros ahorros pueden multiplicarse gracias al interés compuesto, en el que el propio interés gana interés.
Ahorrando algo, nos ponemos en el lado correcto del interés compuesto, y el interés compuesto es para el dinero lo que los esteroides son para los músculos - ¡todo se hace más grande!
Contrasta esta situación con lo opuesto - gastar más de lo que recibimos. Ahora, en lugar de acumular ahorros, acumulamos deuda, y eso es una manera segura de conseguir una sensación de que algo está mal en el mundo. El problema de la deuda personal es lo que nos coloca en el lado equivocado del interés compuesto. Ahora estamos pagando en vez de recibiendo - los esteroides nos muestran sus efectos negativos, trabajando en contra de nosotros.
2. Gasta algo
La vida es para vivirla. ¿Cuál es el sentido de estar vivo si no vivimos, sentimos amor y felicidad? No estoy hablando sólo de la factura de la luz o de la compra semanal. Váyase de fiesta por la noche, disfrute de un par de semanas en un lugar idílico y relájese de vez en cuando.
Disfrutar y simplemente "vivir", es una poderosa manera de crear recuerdos felices, para volver a cargar las pilas, para compartir nuestro tiempo con nuestros seres queridos. En definitiva, vivir, vivir realmente, es una gran manera de tejer ese hilo subyacente de la felicidad que todos merecemos. Vivir implica gastar algo de dinero, pero la clave para la felicidad duradera a través del gasto es tener en cuenta la primera regla y ahorrar algo antes de que nos pasemos un poco.
3. Da algo
El mundo puede ser un lugar muy agradable cuando adoptamos una actitud de generosidad. No hay nada como la satisfacción interior que nos da el ayudar a alguien. El poder de la generosidad. Un regalo bien pensado puede dar tanta o incluso más felicidad al donante que al destinatario.
También podemos dar algo de nuestros ahorros a la caridad y a las buenas causas. Sin embargo, debemos estar seguros de conservar la primera y segunda regla, de lo contrario, el hábito de donar podría llegar restar nuestra felicidad interna.
Fuentes: The Montley Fool