Este jueves, 3 de diciembre, los decisores políticos del Banco Central Europeo (BCE) están convocados para celebrar la, tan esperada, reunión de política monetaria de diciembre. Se espera que el Presidente Mario Draghi anuncie una expansión del actual programa de flexibilización cuantitativa (QE por sus siglas en inglés), entre otras medidas.
Antecedentes
El BCE anunció en enero un programa de compra de bonos de 60 mil millones de euros al mes, con el objetivo de fomentar la inflación y hacer crecer el nivel de precios hasta acercarlo al 2%, objetivo oficial. Sin embargo, casi un año después de este anuncio, la inflación permanece cercana a cero y el rendimiento general de la economía de la Eurozona ha sido decepcionante, sin conseguir mostrar la mejora que estos estímulos deberían haber producido.
La inflación ha permanecido estancada, registrando un incremento casi inapreciable de 0,1% en octubre, despues de doce meses de crecimiento negativo o cercano a cero (gráfico 1). Los precios de producción han evolucionado peor aún, con una contracción del 3,1% el mes pasado, habiendo disminuido todos los meses desde mediados de 2013. El crecimiento económico ha mejorado ligeramente en la segunda mitad del año, pero sigue situándose por debajo del 2%.
Como resultado, hemos visto una oleada de comentarios prudentes por parte de los responsables políticos de la zona euro en los últimos meses. En la última reunión, Mario Draghi, afirmó que el nivel de inflación seguirá siendo bajo durante “un periodo de tiempo prolongado”, y el programa de estímulos monetarios existente sería “re-examinado” en la próxima reunión. Además, Draghi ha sugerido que el banco central “hará lo que deba hacer” para impulsar el crecimiento de los precios, con lo que confirma que está considerando la implantación de nuevas medidas, que podrían incluir el recorte de los tipos de interés de depósitos, ya en territorio negativo.
Nuestras expectativas
Las expectativas del mercado están descontando un paquete de medidas expansivas bastante agresivas por parte del BCE y creemos que el Consejo de Política Monetaria intentará no decepcionar al consenso. Así, esperamos las siguientes medidas o anuncio de las mismas:
• Una expansión en el tamaño y la duración del programa actual de flexibilización cuantitativa. Esperamos que el ritmo de las compras de bonos se incremente de 60 mil millones de euros a 80 mil millones, y que se prolongue su duración hasta finales de 2016.
• Una ampliación en la gama de instrumentos de compra de deuda, que incluya bonos regionales y locales. Esto asegurará que el BCE tenga mayores opciones de compra, dado que los bonos soberanos tienen rendimientos cada vez más bajos. Las propias reglas del BCE establecen no comprar deuda con un rendimiento por debajo del tipo de interés sobre depósitos.
• Un recorte del tipo de interés sobre los depósitos hasta -0,4%, desde el -0,2% actual. Dinamarca y Suiza han demostrado que los tipos de interés se pueden recortar considerablemente por debajo de cero sin causar, hasta ahora, una conversión masiva de depósitos a efectivo para evitar el pago de tipos de interés negativos por estos depósitos bancarios.
Las previsibles nuevas medidas de flexibilización cuantitativa del Banco Central Europeo ponen de relieve la mayor divergencia entre las políticas monetarias adoptadas por el BCE, la Reserva Federal de Estados Unidos y, en menor medida, el Banco de Inglaterra.
Consecuencias para los mercados de divisas
En gran contraste con la zona euro, la economía estadounidense está presentando un rendimiento bastante positivo. El crecimiento ha seguido siendo sólido, los datos del mercado laboral son fuertes y la inflación subyacente está mostrando signos de mejora. Por l o tanto, la política monetaria de emergencia de la Fed es previsible que cambie de rumbo a corto plazo y la Fed está considerando firmemente aumentar los tipos de interés de referencia, por primera vez en los últimos nueve años, en la reunión del FOMC de diciembre, el día 16.
En paralelo, parece que Reino Unido podría subir los tipos de interés de referencia en la segunda mitad del próximo año, a pesar de algunos comentarios pesimistas por parte del Banco de Inglaterra. Esta divergencia ha causado una fuerte depreciación del euro contra la libra en el último año y aún más acusada r especto al dólar.
Creemos que la gran diferencia entre las políticas monetarios de las principales economías desarrolladas debería seguir ejerciendo presión a la baja sobre el euro en los próximos meses en contra de casi todas las principales divisas. La depreciación será probablemente más severa contra el dólar de EE.UU., y seguimos esperando que el EUR/USD alcance la paridad en el seguntro trimestre de 2016.