A dos semanas de las elecciones generales, los partidos políticos han comenzado a exponer sus propuestas de reforma fiscal. En general, ninguno de ellos promete reducir apreciablemente los impuestos y los que lo hacen no especifican cómo financiarán tales medidas. La razón es obvia: para poder minorar apreciablemente los impuestos es necesario recortar con audacia el gasto público, y ningún partido quiere disminuir apreciablemente el hipertrofiado presupuesto público.
PP: “Bajaremos los impuestos como también prometimos en 2011”
Las tres mayores promesas fiscales del PP para la próxima legislatura consisten en: primero, rebajar dos puntos todos los tramos del IRPF (dejando el tipo mínimo en el 17% y el máximo en el 43%); segundo, establecer una exención de cotizar a la Seguridad Social sobre los 500 primeros euros de salario en los nuevos contratos indefinidos; y tercero, rebajar diez puntos el tipo efectivo el Impuesto de Sociedades para pymes. El coste aproximado de la rebaja del IRPF será de 2.000 millones de euros en 2016, el de la exención de cotizar a la Seguridad Social se ubicará entre 700 y 1.000 millones de euros anuales según cuánto empleo indefinido se cree, y el de la reforma de Sociedades ascenderá a 5.000 millones. Dejando de lado las más que razonables dudas sobre si el PP cumplirá con sus promesas fiscales después de haber acometido entre 2012 y 2015 la mayor subida de impuestos de nuestra historia, el problema básico es que el Partido Popular no explica qué gastos recortará para financiarlas en un contexto en el que la reducción del déficit público sigue siendo una absoluta prioridad.
PSOE: “Subiremos los impuestos pero no vamos a concretar cuáles”
El partido de Pedro Sánchez aspira a recaudar anualmente 25.000 millones de euros adicionales en 2019. Para ello, propone incrementar los impuestos de Patrimonio y de Sucesiones (estableciendo un mínimo nacional para que ninguna autonomía pueda eliminarlos), aumentar el impuesto de Sociedades a las grandes empresas, crear nuevos tributos medioambientales (por ejemplo, sobre las emisiones de óxidos nitrosos) y luchar contra el fraude fiscal. Pero tan sólo con estas subidas tributarias no podrá alcanzarse ni lejanamente la cifra ambicionada por los socialistas. Pero no hay más: el grado de concreción del programa fiscal del PSOE es prácticamente nulo. El único mensaje claro que se han atrevido a lanzar es que en ningún caso bajarán impuestos. Pero, más bien, deberían reconocer que planean incrementarlos todos en mayor medida de lo que han anunciado: claro que prometer sablazos fiscales masivos no da votos. Mejor hacer como todos los partidos políticos: primero mentir y luego saquear.
Ciudadanos: “Modificaremos los impuestos para no rebajar la presión fiscal”
Ciudadanos plantea dos grandes reformas fiscales: la del IRPF y la del IVA. En IRPF, la formación naranja rebaja los tipos impositivos algo menos que la nueva propuesta del PP e introduce un complemento salarial que transferirá recursos a las rentas más bajas. En IVA, propone reemplazar los tres tipos actuales del 4%, 10% y 21% por sólo dos, del 7% y del 18%. El coste de la reforma del IRPF (incluido el complemento salarial) es de 9.900 millones de euros y el de la reforma del IVA es nulo, dado que la minoración de los tipos general y reducido se compensará con el incremento del superreducido. El partido promete sufragar esos casi 10.000 millones de euros de coste de su reforma fiscal eliminando diputaciones, duplicidades administrativas y deducciones en el Impuesto de Sociedades, pero las cuentas no salen: el efecto directo de todas esas medidas no superará los 5.000 millones de ajuste.
Podemos: “Multiplicaremos con orgullo todos los impuestos”
Podemos es el partido que propone el mayor sablazo tributario: incrementar el tipo marginal máximo del IRPF hasta el 55% (incluso por encima del récord de Montoro del 52%), eliminar prácticamente todas las deducciones del impuesto sobre la renta, elevar el tipo de Sociedades al 30%, recuperar los impuestos de Patrimonio y de Sucesiones, multiplicar la fiscalidad medioambiental, establecer el impuesto sobre transacciones financieras e incrementar las cotizaciones a la Seguridad Social. Por el contrario, prometen reducir el IVA a los productos de primera necesidad. Con todo este paquete fiscal, la formación morada aspira a recaudar 40.000 millones de euros adicionales en 2019: es decir, una exacción tributaria media de 2.200 euros anuales por familia. Evidentemente, todos estos cálculos presuponen que la actividad económica no sólo no se resentirá sino que seguirá floreciendo bajo una más administración pública más agresiva y voraz, como a buen seguro lo sería la de Podemos. Es decir, tales cálculos son papel mojado.