. Mundial – Las opiniones de los inversores sobre la economía mundial en 2016 son inusualmente variopintas. Hay que reconocer que aún existen algunas vulnerabilidades importantes en la economía mundial pero, a nuestro entender, los riesgos en 2016 apuntan al alza, y es probable que el crecimiento mundial se sitúe en torno al 3 % en 2016. (1) El promedio ponderado de los PMIs del sector manufacturero para la Zona euro, Japón y EE. UU., se sitúa en 52,7 en noviembre, permaneciendo bastante estable desde mediados de 2014 y en consonancia con un crecimiento del PIB de las economías avanzadas del 2% aproximadamente. (2) Todavía no se han notado todos los beneficios de la bajada de los precios del petróleo. El impacto inicial suele ser negativo (descenso de las inversiones e incertidumbre sobre la coyuntura económica) pero, con el tiempo, los efectos son positivos. (3) Un período prolongado de precios bajos de las materias primas contribuirá a mantener la laxitud de la política monetaria. (4) Los mercados se han vuelto demasiado pesimistas sobre las perspectivas de la demanda mundial, pero esperamos mejores noticias procedentes de China en 2016 que lleven a una mejora moderada en el sentimiento general respecto a la actividad mundial. (5) Los agregados monetarios amplios (M3) crecen en Occidente a una tasa de alrededor del 6%. (6) El lastre de la austeridad fiscal se está desvaneciendo. (7) En China, el estímulo político ya se está haciendo notar y la economía se ha estabilizado o incluso acelerado. La relativa estabilidad de los precios de las materias primas también debería favorecer a países como Brasil y Rusia. (8) Los mercados financieros actualmente están más calmados y los inversores parecen más relajados sobre las posibilidades de que la Fed pueda comenzar pronto a subir tipos. El repunte del USD puede estar llegando a su fin (lo cual es bueno para EE. UU.), con unos niveles actuales que favorecen a los emergentes.
- EE. UU. – Prevemos tres alzas en el año. El rendimiento de la renta variable debería ser muy inferior al de los últimos seis años. El sector empresarial ha sido el principal comprador de valores de renta variable desde que el mercado alcanzó su nivel mínimo, al adquirir el 12,2% de la capitalización bursátil desde 2009.
- Europa – Prevemos que su PIB en 2016 crecerá a un ritmo superior al del 2015. El rendimiento de la renta variable podría ser notable. Los bonos de los países periféricos seguirán beneficiándose de la extrema laxitud de la política del BCE.
- Mercados emergentes – El nerviosismo provocado por las consecuencias de una subida de la Fed resulta difícilmente justificable. El efecto en las economías emergentes de una eventual subida de los tipos de interés por parte de la Fed debería ser muy escaso. Es cierto que los inversores continúan intranquilos, aunque también esperan que el endurecimiento impuesto por la Fed se produzca de forma más gradual que nunca.
- China – Visto en perspectiva, al Banco Popular de China (BPCh) aún le queda mucho para alcanzar el punto culminante en la flexibilización monetaria observada en otros países, lo cual deja margen de maniobra para nuevos estímulos. Si más rebajas de los tipos están por llegar, esto será una buena noticia para el mercado chino de renta variable y para otros activos denominados en CNY.
- India – El país ha emprendido el camino de las reformas, lo que indica la aparición de un nuevo contexto a la vuelta de la esquina. Es probable que la India continúe su aceleración gradual en 2016, ayudada por la laxa política monetaria y el respaldo del proceso reformista.
- Japón – No observamos ninguna medida adicional del Banco de Japón (BoJ) en cuanto al programa de flexibilización cuantitativa y cualitativa (QQE). Aunque las reformas estructurales siguen haciendo progresos, no compensarán la carencia de más estímulos monetarios.
- Brasil – Aunque el Gobierno ha conseguido una mayoría efectiva, necesita más para aprobar las cuestiones clave en el Congreso.
- México – Las expectativas de crecimiento para 2016 superan las cifras de 2015. Prevemos otro año de resultados positivos de la renta variable.