Una de las noticias más importantes de los últimos meses desde el punto de vista económico ha sido, sin duda, la solicitud de concurso de acreedores por parte de Abengoa, una de las empresas españolas más punteras, que supone el paso previo a una posible suspensión de pagos, lo que podría provocar la mayor quiebra de una empresa española de la historia.
Las finanzas de la empresa, demasiado dependiente del elevado endeudamiento exterior y con una estructura de capital demasiado débil, ha sido el detonante de esta situación. Una situación que, sin afectarnos de manera directa a los ciudadanos, tiene algunas implicaciones para los inversores. ¿Sabes cuáles son?
Si eres inversor de Abengoa, te afecta de forma directa
El pasado 27 de noviembre, Abengoa salía del IBEX-35. Una circunstancia que ha sido provocada por los pobres resultados de la empresa en los últimos años. Desde septiembre de 2012, la empresa andaluza ha perdido el 95% de su valor en bolsa y un 72% en relación con el valor del año pasado, lo que finalmente provocó su salida dentro del selectivo español.
Evidentemente, los inversores que más han perdido con el desplome de Abengoa son aquellos que de alguna manera conserven acciones de la compañía en su cartera. El valor de su capital ha sufrido y, previsiblemente, sufrirá, una merma bastante importante en relación a su valor de adquisición.
¿Puedo ser inversor de Abengoa sin saberlo?
Además, muchas personas pueden haber perdido cierto valor en su patrimonio sin saberlo por culpa del desplome de Abengoa. Esto afecta de manera especial a aquellas personas que hayan invertido sus capitales en fondos de inversión que tengan invertido parte de su patrimonio en acciones de Abengoa.
Pero, ¿qué gestor iba a mantener en cartera un valor tan vulnerable? Pues aquellos fondos de inversión pasiva que sigan a un índice, como los ETFs. Con la salida de Abengoa del IBEX, las pérdidas que notarán los inversores en sus ETFs serán menores, pero hasta ese momento, el valor acumulaba unas pérdidas cercanas al 90% con respecto a hace tres años.
Bien es cierto que el peso de este valor en el IBEX y, por tanto, en el ETF, era más bien reducido. Pero su caída ha supuesto una pérdida de rentabilidad que seguro muchos inversores han echado de menos.
Los acreedores también sufren
Una eventual quiebra de Abengoa tendría repercusiones muy negativas sobre sus acreedores, que perderían buena parte del dinero prestado. Esta circunstancia ha provocado una caída en el valor de sus acciones también, especialmente del Banco Santander, Bankia y Caixabank, entre otras muchas entidades.
Son muchos los accionistas minoritarios que tienen invertidos sus capitales en estas entidades pero, además, son muchos a su vez los que tienen fondos de inversión que invierten su capital de manera directa en participaciones de estos fondos, perjudicando la rentabilidad de los participantes.
Además, si bien es cierto que el peso de Abengoa en el IBEX era bastante reducido, el peso de estas entidades dentro del selectivo español es muy elevado. El sistema financiero es quien más aporta al índice y, por tanto, uno de los factores más importantes a la hora de que suba o baje.
La industria de los biocarburantes, también afectada
Abengoa tiene varias ramas de actividad, entre las que destaca su trabajo en los paneles termosolares. La suspensión de pagos puede provocar todo un terremoto en el sector de los biocarburantes. Según los expertos, si Abengoa cae, es muy probable que otras empresas de este sector adquieran parte del know-how de la compañía, además de parte de sus instalaciones y capital. De esta manera, es posible que estas empresas aumenten su valor.
En definitiva, la suspensión de pagos de Abengoa puede provocar todo un terremoto en bolsa. Hay que decir, no obstante, que esta situación ya ha sido descontada por el mercado, y la quiebra solo supondría una vuelta de tuerca más, aunque sin una gran repercusión sobre las carteras de los inversores.