El 2016 se presenta como el año de los Bancos Centrales, tema importante por las repercusiones que las políticas monetarias tienen en el devenir de los mercados de divisas y en las Bolsas.
El Dax alemán se anotó en el 2015 una subida del 9,46%, acumulando ya cuatro ejercicios consecutivos al alza con una suma total de revalorización del 82%. Una de las causas que ayudó a este impulso fue el auge de las compañías exportadoras que se vieron favorecidas por la depreciación del euro.
Entre los valores que bien merecen una reseña, tendríamos Infineon, Fresenius y Adidas, que lograron romper la barrera del 50% en cuanto a revalorización se refiere en el 2015.
Pero no sólo el selectivo germano cerró el año con buenos guarismos, también el Mibtel italiano, que se anotó un 12,66% de subida anual, llevándose la palma entre los mercados del Viejo Continente. Para ello contó con el respaldo de los bancos que se anotaron subidas del 20%. De esta manera, el mercado italiano lleva cuatro años consecutivos en verde acumulando un 38% desde entonces.
Pero este 2016 será el año de los Bancos Centrales y tienen mucho que decir, de manera que la tónica de las Bolsas se verá intensamente influenciada por el devenir de las políticas monetarias.
Primero fue el Banco Popular de China a mediados del 2015 cuando decidió intervenir y depreciar el yuan, surgiendo rumores acerca del verdadero estado de la economía del gigante asiático, hecho que lastró a los mercados a nivel internacional.
Después llegó la primera subida de tipos de interés por parte de la FED, aunque lo realmente importante llega ahora. Han de dejar claro el mensaje de que las próximas subidas de tipos en el 2016 no perjudicará la recuperación de la economía norteamericana, por lo que serán incremento graduales y sin prisas. En una palabra, hay que evitar que el hecho de poner punto y final a la época dorada del crédito barato no atemorice a los inversores.
Idea: subidas de tipo de interés fortalecería al dólar frente al resto de divisas.
En tercer lugar el Banco Central Europeo, que si bien mantiene su programa de compra de activos (QE), decepcionó en la recta final del 2015 no ampliando su cuantía. Además, seguramente el crecimiento en Europa en el 2016 será menor de lo esperado y la inflación no termina de crecer. La cuestión es que el QE se mantendrá durante el tiempo que sea necesario para alcanzar el objetivo fijado, aparte de que pueden añadir estímulos en cualquier momento en caso de ser necesario.
Idea: si el BCE amplía el QE el euro se depreciará frente al resto de divisas.
En cuarto lugar el Banco de Japón, que mantiene también su programa QE (aunque en diciembre hubo un ligero incremento) pero a día de hoy insuficiente para alcanzar el objetivo marcado de inflación en el 2%. Los inversores continúan a la expectativa de ver si el BoJ da el paso en el 2016, aunque Kuroda insiste en que por el momento no se lo plantean y confían en que con las actuales medidas será suficiente.
Idea: si el Boj amplía el QE el yen se depreciará frente al resto de divisas.
En quinto lugar el Banco Nacional de Suiza que desde su intervención el 15 de enero con nocturnidad y alevosía masacró literalmente a brokers y a inversores. Ese día el franco suizo se apreció más de un 40%, algo nunca visto en el mercado de divisas. Ya ha advertido la entidad que están preparadas para intervenir si fuese necesario.
En sexto lugar el Banco de Inglaterra, que no ha querido mover ficha hasta que la FED lo hiciese y podría subir tipos de interés en el 2016, aunque veremos, ya que el tema del referéndum en verano podría volver al BoE más cauto.
En realidad les podría seguir enumerando más Bancos Centrales (Suecia, Noruega, Dinamarca, Australia, Nueva Zelanda) que podrían mover ficha este año, pero el artículo sería demasiado extenso, lo dejaré para mejor ocasión si les parece bien.