El comienzo de 2016 ha sido uno de los peores que se recuerdan fundamentalmente por la caída del mercado bursátil chino y la suspensión de cotización de sus mercados. La segunda derivada de los temores a un estancamiento de la segunda economía del mundo es la caída de las materias primas, y la tercera, la repercusión de la devaluación del yuan y la caída de las materias primas en el crecimiento mundial, los países emergentes dependientes de las materias primas, los niveles de endeudamiento y la inflación.
El segundo gran riesgo para este 2016 es el estado de la economía norteamericana y el momento de generación de beneficios de las empresas estadounidenses después de 7 años de crecimiento ininterrumpido.
Muchas derivadas y ninguna positiva a priori. El mes pasado advertí que no entendía el comportamiento tan negativo de los mercados, y el comienzo de 2016, empieza a responder al comportamiento que no entendía en diciembre, a través de los riesgos que existen para los próximos meses.
Los riesgos son más trascendentes que en 2014 o 2015, ya que atañen a las dos principales economías del mundo, por ese motivo, se debe ser más prudente.
Ahora bien, el miedo que generan los movimientos de los mercados en los últimos 40 días, es el principal motivo para que se generen oportunidades para los inversores y ahorradores para generar mejores rentabilidades a largo plazo.
Si los mercados estuviesen siempre en euforia o valorando correctamente los activos, no habría forma de obtener retornos atractivos en el largo plazo. Los momentos de mayor incertidumbre y nerviosismo son los mejores momentos para generar rentabilidad a largo plazo. Los inversores que vencieron al miedo e invirtieron en renta variable después de la quiebra de Lehman Brothers a finales de 2008, han obtenido una rentabilidad en 7 años de +160% si se invirtió en EEUU o un +140% si se invirtió en Europa, es decir, una rentabilidad anualizada del 15% y 13,5% respectivamente.
No sé que nos deparará 2016, a priori el comienzo no es nada halagüeño pero los mercados cambian muy rápidamente dependiendo de los datos e información que vayamos viendo. Lo que sí que sé es que las bolsas no están caras, y que en Europa los beneficios están todavía lejos de los que se generaron hace 7 años, por lo que correcciones más o menos relevantes, van a producir interesantes puntos de entrada en empresas castigadas injustificadamente. ¡¡Ojalá se presenten esas oportunidades para vencer al miedo!!
Como gestor de renta variable, seguiré invirtiendo en empresas con bajos niveles de endeudamiento, elevada generación de caja, inmersos en mega tendencias estructurales y a valoraciones atractivas que dejen amplio potencial de revalorización, que son la única manera de dormir tranquilo y obtener retornos elevados sin grandes errores.