Tal y como venimos comentando en los últimos días, dos son los catalizadores que pueden determinar una recuperación de las bolsas tras las fuertes caídas registradas en diciembre y enero:
1) la constatación de que el ciclo económico no está tan débil como descuentan los mercados y
2) el apoyo de los bancos centrales.
El compromiso mostrado hoy por el BCE debería ayudar a las bolsas, un compromiso al que se podrían sumar la próxima semana la Reserva Federal (confirmando las expectativas de mercado de una subida de tipos mucho más lenta y gradual de la indicada por la Fed el pasado mes de diciembre) y el Banco de Japón (posibilidad de aplicar también nuevos estímulos monetarios). Esto se suma a los datos macro conocidos últimamente (PIB China, previsiones de crecimiento global del FMI, primeros indicadores adelantados de enero en la Eurozona), que en nuestra opinión confirman la idea de que la recuperación económica global sigue adelante, aun cuando sea de forma heterogénea (problemas para países exportadores de materias primas, pero beneficios para sus consumidores).
En este contexto de continuidad del crecimiento económico y de los resultados empresariales, consideramos que las valoraciones bursátiles resultan atractivas.