1. ¿Cómo provocar inflación?
2. ¿Cómo favorecer el consumo frente al ahorro?
3. ¿Cómo mejorar las perspectivas de las empresas?
4. ¿Cómo mejorar su acceso a la financiación que faciliten los ajustes?
5. ¿Cómo reducir la presión sobre la banca?
6. Al final, ¿cómo hacernos más felices de forma que no planteemos preguntas sin respuesta?
No, aquí no hablo de loterías ni otros premios del azar. Mejor, la respuesta (única) sigue siendo la misma que nos acompaña desde hace siete años. Me refiero, claro, a la revalorización de activos. Esto cumple con todas las preguntas anteriores. Y es racional, como racional es el optimismo y el pesimismo. Hasta el momento nos ha acompañado el pesimismo, casi el pánico en algunos momentos. Pero, ¿por qué no anticipar que vuelva el optimismo? ¿no lo ven? Quizás es porque están demasiado sesgados aún a lo negativo.
¿Me ven demasiado optimista? no lo soy. Intento siempre ser realista. Y el futuro es muy incierto. Pero, el futuro se hace poco a poco. Y habrá momentos mejores y peores. Los peores los estamos viendo ahora. De hecho, cuanto peores son ahora mejores pueden ser en el futuro próximo. Ya veremos. Recuerden que los mercados tratan de anticipar el futuro. Pero, yo me quedo mejor con que influyen decididamente en él. Aunque sea el futuro más a corto plazo.