En este espacio procuramos entrevistar a personajes que aportan valiosa información que no es fácil de encontrar en los grandes medios predominantes. Hace algunos días entrevisté a Peter Schiff, un famoso inversor estadounidense que se destaca por ser un defensor de los mercados libres y el uso de dinero honesto.
Para empezar, le cuestioné sobre el estado de la economía global y la de Estados Unidos, y me dijo que están en peor forma de lo que los principales banqueros centrales del mundo quieren admitir. Advierte que de no ser por el crédito barato de la Reserva Federal (Fed) estadounidense esto sería evidente, y que a menos que ésta vuelva a bajar las tasas de interés –que comenzó a subir en diciembre-, “no hay razón para un alza sostenida de los mercados accionarios de EE.UU.” Quizá incluso “ya estemos viendo el principio de otra recesión”, sentenció.
Peter opina que la causa fundamental para este desastre económico y financiero en su país –del que depende en gran medida la economía de México-, es que ya no hay libres mercados allí. Se queja de que EE.UU. solía ser un lugar donde se podía hacer negocios satisfaciendo las necesidades de los demás, pero que esto ya no es así.
El problema asegura, es que el gobierno lo quiere regular todo, ponerle impuestos a todo y hace más difícil que los demás puedan financiar sus propios programas y proyectos.
Del mismo modo, explica, la Fed manipula los mercados de muchas maneras. Por eso, las bolsas de valores se han vuelto dependientes de aquella para mantenerse a flote. No son los mercados los que deciden qué negocios sobreviven y cuáles no, como debería ser, sino el banco central.
“Como empresario, es muy difícil tomar decisiones sólidas en un ambiente como ese”, lamentó.
Se quejó también de que Estados Unidos “ya no produce nada, sólo consumimos”. Para eso, abunda, sólo piden dinero prestado para consumir mientras cada vez producen menos. “De hecho, nuestra exportación número uno es la deuda gubernamental”, afirmó Schiff.
Le pregunté si consideraba al oro y la plata como dinero, y me respondió que en la actualidad no lo son, pero que cree que ambos metales preciosos serían usados como tal si de nueva cuenta volviésemos a tener mercados libres.
En cualquier caso, recomendó que la gente compre oro y plata pues, aunque hay divisas que son mejores que otras, al final todas son dinero fíat que terminará cayendo hacia su valor de cero.
Asimismo, califico al dólar estadounidense como “la divisa más peligrosa de todas” a causa de las políticas expansivas de la Fed. “El oro y la plata ofrecen la única protección contra el colapso de la moneda y la quiebra de los bancos”, enfatizó.
A pesar de todos los problemas en que se encuentra la economía estadounidense, Schiff piensa que todavía podría salir de la crisis como la súper potencia que alguna vez fue. Eso sí, sus esperanzas dependen de que la Fed “admita sus errores y corrija el curso, regresando a soluciones basadas en el mercado en vez de la destrucción centralmente planificada”. De lo contrario, pronostica, no habrá esperanza para Estados Unidos.
Le pregunté también su opinión sobre China, la nueva súper potencia en ascenso, y dijo que no era una enemiga de EE.UU. De hecho, explicó que los chinos han estado subsidiando a la economía norteamericana y el nivel de vida de sus habitantes prestándoles dinero para comprar los productos hechos en China.
Schiff aclaró que lo anterior está llegando a su fin porque los chinos han comenzado a vender los bonos del Tesoro estadounidense, y vaticina que pronto su divisa, el yuan, se apreciará contra el dólar. Esto encarecerá los costos para los consumidores americanos, y por si fuera poco, conforme se vuelva a fortalecer el crecimiento económico chino, consumirán más su propia producción. Peter aseguró que nada de eso es bueno para Estados Unidos.
Si quiere leer este y otros temas en la entrevista completa (en inglés), están disponibles en mi portal personal de GuillermoBarba.com.