Los mercados financieros están pendientes actualmente de los anuncios esperados este mes por parte de los bancos centrales de EE.UU. y, más inminente, el del Banco Central Europeo.
El BCE validó plenamente nuestras expectativas en su última reunión de política monetaria, celebrada en enero, sobre la posibilidad de lanzar mayores medidas expansivas en la primera mitad de 2016. Puesto que Mario Draghi no anunció medidas adicionales de política monetaria en enero, una probablidad muy alta apunta a que ésto ocurra en la próxima reunión, a ser celebrada este jueves, 10 de marzo.
Además, Draghi afirmó en enero que las perspectivas de inflación habían empeorado “significativamente” desde la reunión de diciembre, de acuerdo con la última caída de los precios mundiales del petróleo. También expresó su preocupación por los efectos retardados que algunos acontecimientos y datos podrían tener sobre la economía de la Eurozona, como son la caída de la presión salarial y la volatilidad inducida por China en los mercados financieros y de materias primas.
Draghi ha reiterado que los decisores políticos “no tienen límites” en lo referido a las medidas que están dispuestos a tomar y que el BCE está “revisando” su programa de estímulos existente de cara a la reunión del banco central de marzo.
Las expectativas de mayor flexibilización cuantitativa en la zona euro han presionado al euro a la baja frente al dólar un 4% desde mediados de febrero (gráfico 1).
El rebote de la moneda común en la primera quincena de febrero se debió principalmente, en nuestra opinión, a una pequeña corrección eventual causada por la gran fortaleza que el dólar vien e mostrando, pero ha sido inevitable ver cómo el euro reanudaba su tencia a la baja.
Desde la reunión del BCE de enero, las condiciones económicas han seguido empeorando. La zona euro ha vuelto a caer en deflación en febrero, motivado por un crecimiento de los precios de consumo por debajo de cero, hasta el -0,2% anual. Incluso el dato de inflación subyacente, tradicionalmente más estable, cayó un importante 0,3%, hasta sólo un 0,7% (gráfico 2), mientras que los precios de producción permanecen en territorio negativo.
El indicador clave de confianza empresarial PMI ha caído durante tres meses consecutivos. El índice compuesto se redujo a 52,7 el mes pasado, su tercera caída consecutiva. Estos índices son tal vez los indicadores más precisos de la zona euro y estos débiles resultados fortalecen la posición de Draghi de tomar medidas frente a los halcones del Bundesbank en su reunión del jueves.
En línea con el consenso, creemos que el BCE incrementará las medidas de estímulo monetario en la reunión del 10 de marzo. Esperamos una reducción adicional de 10 puntos básicos en la tasa de depósito, ya en cotas negativas del -0,3 %, junto a una expansión de los 60.000 millones de euros al mes del programa de flexibilización cuantitativa actualmente vigente. También podríamos ver nuevas medidas para apoyar el sistema bancario desde una perspectiva regulatoria y de capital.
La reciente serie de noticias económicas negativas, junto con las declaraciones del presidente Draghi ha hecho que el anuncio de nuevas medidas de estímulo por parte del BCE estén ya descontadas. La ausencia de acción sería vista como una gran decepción para los inversores, que ejercería presión al alza sobre el euro, que es lo último que la Eurozona necesita en este momento.
Creemos que Draghi no puede permitirse el lujo de decepcionar a los mercados, por tanto, esperamos que el euro acabe significativamente más débil de los niveles actuales con respecto a la libra y aún más bajo frente al dólar, para alcanzar la paridad en el tercer trimestre del año aproximadamente.
La reunión del BCE de este jueves está considerada como un acontecimiento imporante y de riesgo elevado para el EUR/USD, por lo que habrá que ser previsores y estar atentos a la evolución de las monedas.