Nuestra apuesta de hace cuatro semanas, el petróleo, han seguido su camino alcista, superando ya los futuros del WTI la barrera de los 40 dólares barril (aunque al final el viernes cerro ligeramente por debajo) en su fulgurante subida desde los mínimos de 26 dólares de fin de febrero. Y también ha seguido funcionando bien nuestra apuesta de hace quince días, la libra esterlina, en una semana débil para el dólar, mientras el euro se ha movido en esa "banda estrecha" a la que aludíamos en nuestro comentario del pasado lunes.
Esa debilidad del dólar, acentuada por el mensaje "dovish" que exhibió Janet Yellen en su comparecencia del pasado miércoles tras la reunión de la Fed, ha coincidido, no por casualidad, con un magnífico tono de las Bolsas y de los índices norteamericanos. Tanto el Dow Jones como el S&P lograban ponerse en positivo en lo que va de año, saliendo así de los números rojos que siguen presentes en los índices europeos y en el Nikkei.
Los 17.600 puntos alcanzados por el Dow, los 2.050 del S&P, los casi 4.800 del Nasdaq, alimentan la idea, tan agradable, de que lo peor puede haber pasado y de que vuelve el ciclo alcista secular ("secular bull market"). ¿Es realmente así?
Tras seis años de mercado alcista ininterrumpido en los índices norteamericanos, y tras seis semanas de caídas en diciembre, enero y febrero, es lógico que las cinco semanas consecutivas de subidas levanten los ánimos de unos inversores que añoran los mercados amables y quieren pasar página de la pesadilla del posible fin del mercado alcista, pesadilla que se inició el pasado agosto con la decisión del Gobierno chino de no mantener al yuan vinculado al dólar.
Nadie sabe si estamos en una corrección dentro de un mercado alcista o estamos en los primeros pasos del fracaso de los Bancos Centrales en su intento de hacer crecer a la economía a base de la medicina monetaria. No lo sabemos porque, como se ha hecho tantas veces, las políticas monetarias no convencionales han creado un "territorio desconocido", no tenemos mapas que nos guíen, no hay referencias y cualquier cosa puede pasar.
Pero si vemos el Gráfico del Dow de los últimos cinco años, que adjuntamos, la sensación que nos transmite es la misma que nos transmitía en nuestro Gráfico del pasado 10 de agosto, es decir, una sensación de cansancio y de techo redondeado, que nos invita, como el pasado agosto, a ser más vendedores que compradores.
La subida vertical de los últimos días puede indicar la vuelta al mercado alcista, pero aún es pronto para afirmarlo. El Dow debería romper con claridad los máximos de la primera mitad de 2015, es decir, los 18.000 puntos, para que, de verdad, podamos hablar de una vuelta al "mercado alcista secular".
Mientras tanto, aprovecharíamos subidas como las de los últimos días para descargar posiciones y girar a una cartera más defensiva.
GRÁFICO DEL DOW JONES LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS