Más población, mayor renta per cápita y más urbanización….estas fueron las claves que explicaron el Superciclo de las materias primas que se mantuvo hasta bien iniciada la Crisis actual. ¿Y los factores de oferta? Sin duda influyeron, incluyendo imponderables, pero en el fondo no fueron más que argumentos que nos sirvieron para reforzar las conclusiones ya tomadas derivadas de la fortaleza de la demanda. Más tarde, con la Crisis ya profundizada y con crecientes dudas sobre los problemas económicos los mercados de materias primas perdieron interés por los inversores.
¿Va a cambiar este escenario durante 2014? En teoría no debería ser así. Seguimos viendo claroscuros en las economías emergentes cuando los bancos centrales de los países desarrollados se siguen empleando a fondo para mantener el optimismo en las economías desarrolladas. Y no siempre lo consiguen, lo que les obliga a aumentar su posición. ¿Cuál es su límite? Lo desconozco, pero por el momento no parece que las materias primas se conviertan en un nuevo objeto de deseo por parte de los inversores internacionales. Naturalmente, esto no es obstáculo para que no descartemos tensiones puntuales derivadas de riesgos geopolíticos o factores estacionales.
A medio plazo no se puede ser negativo para los precios, aunque ahora hay un factor nuevo que debemos valorar: me refiero a las implicaciones del gas pizarra tanto en términos de abaratar los precios de la energía como de otras materias primas intensivas en la utilización de energía. Lamentablemente, en este punto hablamos de factores estructurales a medio y largo plazo deflacionistas sobre los precios.