¿Qué es lo primero?.
Me refiero, por un lado, a la incertidumbre de los mercados hacia el futuro. Aunque, también puede ser la incertidumbre que muestran las autoridades monetarias sobre cómo proceder.
Los mercados se nutren de la certidumbre de las autoridades, algo que falla en estos momentos; la incertidumbre y potencial riesgo desde los mercados contribuye a la propia incertidumbre de las autoridades.
Ya les he comentado en alguna ocasión que un escenario incierto no tiene por qué ser volátil.
Pero, sin duda, unos mercados dominados por la inestabilidad añaden más incertidumbre al escenario.
Los bancos centrales priman la Estabilidad financiera por encima de todo. Y esto reduce la volatilidad.
Claro que, muchos consideran que esta estrategia se convierte en un riesgo más a futuro en términos de excesos de apalancamiento y sobre valoración.
De hecho, no es extraño que en una misma jornada puedan escuchar contradicciones como estas desde varios bancos centrales (y diferentes consejeros de un banco central)…
Como ven, dentro de este impasse los inversores se ven forzados a tomar más riesgo en sus carteras.
Más riesgo no significa necesariamente bolsa. Pero, ¿quién puede llevarle la contraria a los bancos centrales? Aunque el momento del ciclo te diga otra cosa. Los mercados, los bancos centrales, siempre tienen razón con la información disponible. Eso es al menos lo que se dice.